The beatles

The beatles

Cuéntame sobre la historia...

Alice vive en el país de las maravillas, sí, justamente en aquel donde ocurren cosas increíbles. ¿Qué fue lo entretenido de vivir en los 60's? ¿Fue el Rock & Roll, o el LSD? Esta es la pregunta que se realiza la protagonista, y que pretende hacernos conocer. Una chica Neoyorquina, algo problemática, tiene suerte, mucha suerte. Estuvo en el bar indicado, con las personas indicadas. Y esa misma noche conoce a quien no dejará de conocer jamás, un revolucionario enjaulado, Lennon. ¿El sarcasmo de Lennon y el ácido de Alice lograrán mezclarse algún día? Preguntemos a Sadie.

martes, 30 de diciembre de 2014

Capítulo 38 - *Vale decir, que desperté en el piso del baño*

38




John Lennon estaba en medio de un taco gigante. No soportaba tener que esperar tanto, era una de las únicas cosas que no podía manejar siendo poderoso. El chico encendió un cigarrillo.

-Mark, ¿no podemos tomar un atajo? quiero llegar a casa...

La noche anterior había ido a una fiesta privada, había bebido whiski hasta no poder más. Los invitaron a los cuatro prácticamente, pero al parecer todos tuvieron algo mas importante que hacer. Así que él no se arrugó, y partió solo simplemente, y se consolaba diciendo, "já, como si fuera la primera vez que lo hago". 

A veces, la fama lo estresaba demasiado. Algo que le dolía, era la decisión de los demás a no seguir teniendo conciertos... indefinidamente. Sintió un poco de miedo, al pensar que algún día se disolverían... que cada uno tomaría su propio camino. Él no desarmaría lo que él mismo armó, en absoluto. 

Llegó a casa enojado, peleando con medio mundo... solía hacerlo cuando le ocurría algo, y la verdad el personal ya estaba acostumbrado al egocentrismo de Lennon, cuando andaba con el pie izquierdo. 

Quiso ver la agenda que Amelie junto a Brian, le preparaban una lista de las cosas que tenía pendientes, pero pensándolo bien, no quería nada que involucrara fiestas, entrevistas y ensayos. 

Así que mientras estaba acostado, se acordó de su chica, el brillo de sus ojos, y quiso verla. 

-Hola... disculpa...- Le habló a la mucama, y él era tan despistado que siquiera se sabía el nombre de la gente que estaba en su casa. 

-Greys.

-Greys, gracias. Llama al estudio, Abbey Road, úbica a Amelie y dile que quiero que Alice venga a mi casa, la pasará a buscar Mark a donde esté...- La chica quedó esperando algo más -eso- Dijo él, y ella entendió que era todo, y tenía que largarse ya que estaba molestando.

La chica entre nervios y emoción, solo aceptó. John se cruzó de brazos a esperar que su chica llegara, así de fácil, no movió ni un solo dedo. 

Le causó gracia pensar en como antiguamente tenía que ir por sus novias en bicicleta a través de todo Liverpool, era más romántico. 

Se recostó en su cama, con los brazos bajo su nuca, y en eso volteó a ver una fotografía vieja que tenía encima del velador. Era su madre, Julia... se veía hermosa. Soltó un suspiro. No soportaba pensar en ella mucho, porque se ponía paranoico. Solía pensar que ella nunca lo quiso, y que era un maldito error que jamás debió llegar al mundo. Pensamientos crudos. 

Se quedó dormido en esos pensamientos, malditos, que lo atormentaban cada noche sin ella.  

Una voz femenina y grave, pero siempre suave. 

-Hola... ya vine. 

John abrió los ojos, y ahí estaba tan linda y pálida como siempre. Llevaba un vestido corto hoy, de color blanco. Dejó su bolso encima de la cama, llevaba ropa dentro al parecer. 

-Hermosa...- Dijo John observándola desde su cama. Pero Alice no mostraba sonrisa. -Ven aquí...- le indicó un lugar a su lado. 

-Levántate tú. 

-Oh... vamos Sadie, estoy cansando, he trabajado mucho- No solo él lucía mal, su habitación era deplorable. 

-Lo único que te pido es que te levantes, dejé la librería sola por venir a verte. 

-Bueno, ¿para qué trabajas entonces?

-Claro, ¿quién paga el arriendo?

-Ven a vivir conmigo, estoy solo aquí- No le causó mucha gracia aquello, Alice era una chica bastante independiente, y repudiaba ese tipo de comentarios... por mas que John lo dijera para tenerla de compañía. La chica seguía sería. -Amor, ¿pasa algo? te noto rara.

-No sé, ¿no has olvidado nada?

Él pensó un poco, trataban de hacer memoria... "que estúpido, siempre metiendo la pata John". 

-Nop...

-Okay. Entonces, cuéntame- Se sentó a los pies de la cama- ¿que has hecho de bueno?

Pensó en mentirle, pero se arrepintió. -Fui a una fiesta, en un hotel, el anfitrión era Andy Warhol... y era privada y muy lujosa. Psicodelia, no sé si entiendes el termino, así de dice ahora.

La chica asintió con la cabeza. Claro, la misma fiesta que George rechazó y fue donde ella, a su presentación. -¿Estuvo buena?

-Sí, muy buena, tengo una resaca de horrores. ¿y tú amor? no saliste de fiesta anoche...- Dijo inocentemente. Ella esperó un poco para hablar. 

-Anoche era la presentación John, te lo venía diciendo hace dos semanas. No puedo creer que haya llegado George y tú no. 

No supo que decir, se quedó ahí fumando, acostado. Odiaba pedir perdón, y no se le ocurría nada divertido para que no fuera tan tenso el ambiente. La chica se dio media vuelta, tomó su bolso y bajó la escalera. 

-¡Sadie!... espera... ¡Alice!

La chica no respondía. 


-No te vayas... bonita, era una tontería, ¡seguro habrán miles de presentaciones!

-¿Una tontería? Pero esta era importante John, era la primera... ¿no recuerdas tu primera vez?

-Es que, bueno sí...

-Seguro no tenías a nadie importante allí, por eso no te importó lo mio. 

-Estaba mamá- Se quedaron en silencio.

Para suerte de Alice, John sonrió, y comenzó a hacerle caras divertidas. Alice aguantaba las sonrisas...-Hermosa, vamos... para... tengo algo que nos hará relajarnos, no te vayas...

La chica se dejó abrazar por la cintura -¿qué cosa?

John le mostró unas tabletitas de colores, muy interesantes. -¿Te apetece un trip?

-John...- respondió enojada. 

-Vamos, si te gusta igual que a mi...

-¡Pero hace mal! lo sabes, desde que estamos juntos trato de cuidarme, estoy feliz, no necesito eso...

-Estamos loquitos los dos, sabes que es rico... vamos... por mi- La puso entre sus dientes, y Alice dudó. -Dame un beso...-

-John...- Dijo apenas, porque el chico ya la estaba besando, y compartiendo ese sucio ácido, que en un par de horas los llevaría a otra dimensión. 





-0-


George Harrison se encontraba en medio de la ciudad, en un auto aparcado cerca de un corredor de árboles, aquellos que denominan "pulmones" de la ciudad, entre la ajetreada vida sobre motores. 

No podía negarlo, estaba nervioso. Aunque simplemente, a aquella chica Victoria, la había visto solo un par de veces, empezar a conocer a alguien otra vez es bastante divertido y lleva consigo una seria de protocolos y códigos. Sobretodo, si conocerla era algo importante y no se trataba de una aventura de una noche. 

Se miró en el espejo retrovisor, y indicó a Mark que abriera un poco los vidrios, ya que encendería un cigarrillo. Entonces, el hombre, con sus cuantos años de experiencia encima al volante y aquella pista aún más impaciente denominada "vida", añadiendo unos tres de conocer a los chicos en persona, se volteó a George, y notó su visible inquietud.

-Señor Harrison...- Inquirió, mientras abría las ventanas del automóvil, con un aire ciertamente paternal, y una sonrisa.

-Dígame Mark- Responde encendiendo un cigarrillo impaciente, hasta que ve su expresión y se detiene un poco de aquel frenesí. 

-Si me lo permite, me gustaría darle un consejo- George se extrañó un poco, y asintió. -Hace unos meses atrás, en una pequeña ciudad que cruza el atlántico, llamada Nueva York, tenía a dos jovencitos impacientes esperando en el auto al lado de una arboleda, a una chiquilla de cabellos oscuros y mirada traviesa, que terminó adentrándose en sus vidas más de lo que jamás pensé... incluso milagros hizo, jamás creí ver al joven Lennon enamorado de una mujer más que de sí mismo... George, si la historia se repite con esta joven que esperas con tanta impaciencia, recuerda: Si lloras por haber perdido el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Olvida el pasado, y empieza sin miedos... ve por ella. 

Indica a una chica confundida, mirando en todas direcciones, con un papel en la mano, posblemente la dirección anotada, bajo la copa de un árbol, tal como Alice se había encontrado a los chicos la primera vez. Así mismo George la llamó, y le pidió que se encontraran en aquel lugar. 

George asiente, y Mark le guiña un ojo volteándose al volante. El muchacho baja con un poco más de seguridad, y levanta una palma en señal de saludo, la chica sonríe y saluda de vuelta. Mientras George caminaba, con sus largas y delgadas piernas, tropieza casi cayendo al suelo de frente. 

Recobra, el paso, con las mejillas coloradas, mientras la chica disimulaba una risa. -Hola, lo siento es que...-

-No te preocupes. 

-Soy un poco torpe- Se voltea hacia atrás, y su viejo amigo y chofer le hace un "ok" con los dedos, alejándose en el auto con una sonrisa. 

-¿Todo bien?- pregunta ella, extrañándose de su confianza, pues se había mentalizado para actuar normalmente junto a él, no como una fans más. Estuvo molestando a su amiga Lucy todo el dia anterior para practicar el momento de enfrentarlo. 

-Excelente.

Se miraron a los ojos un segundo, que pareció un poco más, y la chica sonrió. No había para qué estar nervioso. 

-¿Tienes hambre, te gustaría comer algo?- Ofreció él.

-Me encantaría, de hecho me gusta mucho comer...- Se sintió un poco tonta al decir eso, quiso que la tragara la tierra, no quería meter la pata, quería estar a su altura, y parecer incluso superior. Sus amigas le habían dicho que así debía actuar con los chicos guapos, famosos, futbolistas o ricos. Pero entonces, se percató de algo interesante.

-¡A mi también! de hecho todos mis amigos me molestan porque me gusta mucho comer, siempre... me lanzan bromas es... cansador...- Dijo riendo. 

-¡Oh cielos! a mi también, es decir, me gusta preparar sandwiches y cosas así, siempre lo hago en mi casa cuando tengo invitados. 

-¿Sandwiches, enserio?- Preguntó George asombrado -Wow... asombroso.

La chica rió, y así se alejaron bajo la brisa fresca y tibia de primavera. 








-0-


-¡Oh eso es perfecto!- Reían Rachel y Amelie frente a Paul haciéndose el chistoso. 

-Y no es lo único que puedo hacer, también sé cocinar salchichas...- Las chicas volvieron a reír. 

-¡Paul pero si esas ni se cocinan, se meten al satén!

-Pero sigo siendo buen amo de casa, ¿por qué se ríen?- decía riendo. -Esta bien, valgo un pedo, pero de todas maneras podría ayudar aquí si viniera a vivir con ustedes- miró a Amelie de un lado de la mesa a otro, con cierto dejo de complicidad, sabía lo que el chico quería decirle, entonces Rachel comenta sospechando. 

-Bueno, pero Amelie es una estupenda ama de casa, la he tenido un par de días acá y es incluso mejor compañera de piso que Alice- Le guiñó un ojo a la francesa- y tú tienes bastante espacio en tu duplex...

-Sí... osea... estás en lo cierto- Se miraban sonriendo, y él tomó su mano. La chica como siempre, recatada y elegante, se reprimió a eso y bebió un sorbo de té. -Hey, hablando de otra cosa, no sabía lo de Tony, lo siento mucho.

-¿Quién te contó?- preguntó la rubia cambiando de voz de inmediato, fue algo golpeada al hablar, y se dio cuenta.

-Fui yo... me preguntó por él, y bueno, tuve que contarle- Salió Amelie al rescate.

-Claro... es decir, claro, está muy bien. Es que aún no lo creo, Alice está enojada conmigo porque piensa que no me lo tomo enserio, pero es decir, hay que aceptarlo de alguna manera, aparte él volverá a casa, lo prometió.

Paul y Amelie solo asintieron, con una media sonrisa. Algo detrás de la pared, tenía sabor amargo, detrás de todo el asunto. 

-Tengo que hablar algo con Alice, ¿crees que ella vuelva hoy?- Dijo Paul, pensando en contarle lo de Anna, y que al fin habían comenzado las investigaciones por todo Inglaterra e India. Decidieron hacer caso a aquella carta que llegó a la oficina de Amelie. 

-Lo dudo, se fue a casa de John y llevó un bolso con ropa.

-Okay, entonces, supongo que pronto hablaré con ella- Se levantó de su asiento, agradeciendo mucho por el té, y dando las explicaciones de porqué se iba tan temprano.

-Ya hombre, no te preocupes, nos veremos otro día, siempre me caíste mejor que John- Suelta Rachel con su sinceridad innata, Paul suelta una risa. 

-Bueno, quizás me verás como cuñado en esta casa pronto...- Amelie se sonrojó y reprochó a Paul con la mirada. El chico quedó un poco perdido, y se despidió de ámbas, cuando fue el turno de Amelie, Rachel se retiró de la habitación.

-No quiero que lo sepan aún- le susurra. 

-Tranquila, lo siento mucho. 

-Está bien, nos vemos... mañana- Sonrie, y le da un pequeño beso en los labios. 

Cuando Paul cierra la puerta, y se asoma Rachel con cara divertida y los brazos cruzados, haciendo sentir a Amelie culpable. -¿Le vas a contar a Alice que estás con su ex novio?

Amelie guardó silencio, sonó como a broma no tan broma, y la verdad no quería discutir con Chelle, ya conocía su fuerte carácter. 




-0-



Los colores de la habitación se tornaron verde, y rosados fucsia. John se me había perdido hace una maldita hora... ¿o no? no sé, la verdad no voy a mentir, no me acuerdo de ninguna mierda. Estaba malditamente drogada. 

Pero dentro de lo que recuerdo, recuerdo lo peor. El peor trip que tuvimos juntos... y el mejor a la vez. 

Nos encantaba drogarnos juntos, de esa forma tan justificada por problemas personales del pasado, atormentándome, atormentándolo. Eso me hacia enamorarme más de él... ser su apoyo, que él fuera el mio. 

-Mi vida no va a ningún lado. 

-¡LA MIA TAMPOCO!- me gritó en la cara, tratando de escuchar nuestras voces entre la música. 

Pusimos una grabadora, para escuchar que rayos hacíamos drogados... nos gustaba algo así como experimentar. 

-¿Vamos a ninguna parte?- John rompió en risas. 

-¿Te parezco a que quiero ir, porque podríamos ir por algo, eso que pensé, oh dios... que estoy diciendo?

-John, ¿has pensando en el suicidio?- Me miró con unos ojos gigantes, terroríficos. 

Hubo un silencio, mientras sentía que vomitaría por los mareos en cualquier momento, ya iba de baja el efecto. 

-No soy tan imbécil, pero sí... alguna vez. No me da miedo pero, siento que algo me queda por hacer en este lugar, ¿y tú?

-Yo lo he pensado tantas veces John... tantas que podría...- Y ahí comenzó lo peor, el peor trip de mi vida. 

Algunas veces, como bien es sabido, llegas a un estado de paranoia. Bien, en ese momento... sentí que mi piel comenzaba a llenarse de manchas rojas, rasguños, y ardían, a medida que sangraba de a poco. Cosa, por supuesto, que jamás fue cierta... solo era el efecto del ácido. 

-Si tu te suicidas amor, yo no sé que sería de mi maldita vida. 

-John... mira mis manos...- Le dije asustada. 

-Son como ramitas, delgados dedos largos...

-No, mira, tengo heridas John me arde... estoy sangrando...- Me puse a llorar, de dolor. 

-Amor, siento que puedo comer tus dedos, lamerlos como palitos dulces... espera, ¿qué dijiste?

-¡Que estoy sangrando!- Grité aterrorizada. 

Volteo al suelo, y oh dios, un charco de sangre. Me miré las piernas, y no creía posible aquello, como si mi cuerpo y mi piel hubiesen sufrido alguna alergia extraña, con heridas profundas y leves. 

Solo recuerdo, que luego de eso, corrí al baño. Me desvestí, me metí a la ducha, ¿para limpiar las heridas? no sé. 

Recuerdo... agua caliente, sobre mi cara. Mi cabello, enredado entre mis dedos, y mucho vapor. De repente, apagan la luz del baño, y solo entraba la luz de la luna por una ventanita. Cerré mis ojos, tratando de volver a la realidad, "esto no es verdad Alice".

-¡MIRA LO QUE PILLÉ SADIE!- John entró al baño de golpe, dando un portazo y costosamente de pie. Tenía en la mano, una especie de spray, con pintura. Quiso rociarme en el cuerpo, pero le advertí antes. 

-¡JOHN LAS HERIDAS, ME DOLERÁN!- No importó mucho, pues lo hizo de todas formas. En mi espalda, cola, en las piernas... recuerdo que no pude quitar las manchas en una semana, le conté a Rachel, y la única solución que me dio fue bañarme en cloro, ni muerta. 

Luego pintó las paredes, bueno, eso lo supe al día siguiente. 

-No te duele amor, es pintura, no tienes nada...- Me tomó las manos para tranquilizarme, y mordía levemente mis dedos -pero sabes dulce, no sé porqué, tus dedos...- 

-John tengo frío, quiero vestirme- Entonces se sacó la polera, y me la puso encima. Era tan larga que me llegaba casi a las rodillas. Se mojó también, bajo la vertiente de agua. Tomé el spray, y le rocié en el pecho una "S" de Sadie.

-Ahora eres mio- Inquirí. 

 A John se le iluminaron los ojos, y salió del baño. Temí por mi vida al ver que se le ocurrió una idea, que sea tan poco predecible me desespera.  Volvió después de unos minutos con una aguja y unas pinturas. -¿Y eso?

-Shh...- Se agachó frente a mi, y me levantó la polera. Sentí como la aguja punzó sobre mi piel, y lloré un poco... me tranquilizó haciéndome cariño y tarareando melodías sin sentido. Me estaba tatuando algo. -JL

Sangraba la herida en mi abdomen, pero me gustó tanto en ese momento. Se puso de pie a mi altura y lo besé con fuerza. Luego le quité las cosas de la mano, e hice lo mismo -Sadie- John sonrió, y se miró el abdomen bajo. 

-Ahora soy tuyo- Apegó su frente en la mía, nuestras narices rozaban. Nuestros cabellos mojados, y no importaba nada... nada. 

-Y yo soy tuya.

-¿Hagamos el amor drogados, qué se siente?

-¿Quieres averiguar?- respondí riendo. 

Y lo demás es historia. Vale decir que desperté en el piso del baño, con el cuerpo empapado en la ducha que jamás cerramos... y John despertó dentro de ella, con el agua tibia sobre su cabello. 

Pasamos al menos ocho horas bajo el efecto, haciendo locuras. Lo descubrimos al escuchar la grabación. Despertamos por la luz del día. 

John, ya sobrio, me levantó en brazos y me obligó a tomar un baño de tina, que preparó en la misma ducha con grafittis. Claro que quiso ser romántico, y vertió sales aromáticas, velas y cosas así. -Luego me toca a mi...- dijo sentado a mi lado, tomando mi mano, mientras yo disfrutaba. 

-Okay- dije mirándome el tatuaje -... John, mira...- Hizo un esfuerzo por ver sin sus lentes, y miró sus iniciales en mi piel. 

Quedó un poco desorientado al ver aquello, pero luego de un rato logró recordar.


-Quedaron bonitas, igual que yo... ya bueno, igual que tú- me dio un beso tierno. -Podría ser tatuador.

-Te odio John Lennon. 

-Te odio más Alice Murray. 

-¿Es nuestro te amo?

-No sé, yo te odio enserio, mira como dejaste el baño...- dijo riendo, mirando las paredes. -Te amo más que al sol Sadie. 

-El John dulce es tan adorable, que me lo comería, o me lo fumaría, o ambas, me encanta. 

Nos besamos otra vez.

 Y así estimado público, es como olvidé su "metida de pata"








Hi, Bonjour, Hallo, Oi, Ciao, Konichiwa ❤️ HOLA CHICAS! como pueden ver, este es el último capítulo del año!

Para mi el momento de año nuevo, tiene un gusto diferente, algo especial ocurre este bendito día, que se produce una especie de unión mundial; Digo si la navidad te une a tu familia y gente cercana, pues el año nuevo va un poquito más allá. Asi que en honor a esa filosofía loca que llevo, en todos los idiomas las saludo. Una de las cosas más lindas que el destino podría regalar a este frío planeta, es PAZ y HUMANIDAD, que nos hace falta por montones :( así que este capítulo va por eso, por un nuevo año de esperanzas.  


Independientemente de si aquello se cumple o no, espero que este año que se va se lleve todas las cosas malas y traiga un montón de cosas buenas, mis mejores deseos para ustedes queridisimas :3 ❤️ ❤️  un abrazo para cada una!

Espero les haya gustado el capítulo de hoy. John y Sadie con sus cosas locas super reventados (????) uff super espiritu de navidad y paz, pero bueno, eran otros tiempos... digamos que es el amor que los invade (???) que se ve que hay por montones ❤️  eso sí. 
Otra cosa chicas! una aclaración suuuuuuuuper importante, TONY IS ALIVE! no ha muerto chicas nono! no me lo maten por favor! U__U jajajajajaa el capítulo anterior Alice hizo eso justamente, solo para llamar la atención de Rachel, ya que no la tomaba en cuenta. 
De eso me acordé :3 

Volviendo a desear unas felices fiestas, me despido de este año, un BESO Y UN ABRAZO DE AÑO NUEVO! ❤️ ❤️ ❤️ ❤️  y muchos fuegos artificiales. 

















lunes, 22 de diciembre de 2014

Capítulo 37 - *Amelie, ma belle*

37




Teníamos encendida la luz de la habitación principal. Se está anocheciendo rápidamente. 

-No puedo creer que no esté- Bebí un sorbo de té. -Es decir, se me imagina que anda en la universidad y vuelve mas tarde ó... o algo así, ¿a ti no?

-Mmm... Mhm...- Rachel miraba atenta la televisión. No respondía mas que eso.

-¿Me estás escuchando?

-Mhm... mmm...

-Rachel, Tony murió esta mañana.

-Mmm, ¿si?

Dejé caer la tasa al piso y esta se quebró. Entonces ahí recién, Rachel me mira con cara de muerta, y yo me paro de la mesa con una sonrisa falsa. 

¡Me emputece el hecho de que actúe como si nada! como no le afecta el hecho de que Tony esté allí expuesto a la muerte. 

Me lancé encima de la cama, enojada, y me tapé la cara. Esto era muy difícil para mi, perder a alguien de nuevo después de haber perdido a tantas personas importantes en mi vida. 

Me doy cuenta de la hora, y recuerdo que tengo presentación, ¡maldición! Y George iría. ¿Cómo? no tengo idea, no le di dirección. Como sea, seguro aparece en la librería. 





-0-





-¿Investigaste algo Paul?

-Nada. No sé nada de esa... zorra, que Dios me perdone, pero esa mujer se llevo mucho dinero John, mucho. 

-Y tu fuiste el imbécil que se la dio jajaja...- hizo una risa fingida. 

-¿Qué tengo que hacer?

-Afeitarte el bigotito, te estas poniendo vago McCartney. 

-Ya no hay mas conciertos, no importa. Me refiero a Anna imbécil. 

John fumó de su cigarro. -Pero si ya se fue, no sacas nada con seguir preguntándote. 

"Claro, y por culpa de eso terminé con Alice, porque iba a tener un hijo, pero a ti te sirvió eso ¿cierto?". Eso pensé... pero no se lo diría, no vale la pena pelear con John. Entonces decidí buscar a Amelie, que siempre me salva de todo. 

-Gracias por tu sabia ayuda. 

-Eres bienvenido... ah, espera, toma.

-¿Y esto?- le pasó una letra. 

-No sé, me inspiré, léela a ver si te gusta.

-Okay... okay- Me la guardé en el bolsillo, y salí a buscarla a su oficina. 


Saludé a los demás, y fui directo al fondo, a su oficina. Golpeé varias veces a la puerta, pero no respondían. -¿HOLA? Amelie...

-Pase- Escuché su delicada voz. Bufé por su tranquilidad.

Entré, y parece que la chica se había vuelto loca. Estaba sin zapatos, con los pies encima de escritorio pintándose las uñas de los pies, tenía una musiquita francesa que ella no más entendía, el pelo sin su peluca rubia, bastante mas largo y oscuro, y la ventana abierta donde entraba el aire fresco del anochecer. ¿Donde quedó la chica organizada y profesional maniática? no lo sé. 

Tarareaba la canción de fondo, y casi sin importarle mi cara de tonto, dijo -¿Qué hay Paul?

Me rasqué el casco. -Hola, ¿cómo estás? te veo bien...

Y a pesar de todo, sí, se veía mas bella que nunca. Sus largas piernas estaban bronceadas, y su rostro lucía radiante. Y llevaba un sombrerito que me encantaba, una especie de boina. 

-Estoy bien, me siento bien.

-Sí, pero te veo bien... muy bien, muy linda. 

Me sentí tonto y cursi, pero cuando vi que sonrió coqueta, no me arrepentí. 
  -Así es una cuando es soltera. 

Me paralicé por completo. Sentí un escalofrío, y se me dibujó una sonrisa en la cara que no la podía esconder. Ella se dio cuenta. 

-¿Soltera? ¿así es?

-Así es...- Dijo poniéndose de pie en frente mio. 

Tenía que ser muy estúpido para no besarla, me miraba con los ojos brillantes, y me acerqué un poco a sus labios. Pero siento que viene alguien, y me alejo...- Viene alg...

No alcancé a terminar. Abrieron la puerta. 

-Te vine a dejar tus cosas.

George nos miraba con una cara de piedra, literal. Era la descripción perfecta, parecía que no respiraba y le salía fuego de los ojos. Encima, para agregarle drama, la chica sin zapatos y toda desordenada, quizás que película se inventó. Dejó caer con fuerza una bolsa, con cosas de la periodista, y se fue, solo se fue. 

Lo primero que pensé fue, lo estoy haciendo mal. -Lo siento.

Me disculpé con ella, y fui tras él. 

Ella debió haber quedado más desorientada que caballo de paseo en guerra. 

-Viejo, escucha, no es lo que estás pensando.

-No es lo que pensé, es lo que vi, está claro. 

-No quiero que mal interpretes viejo.

-Déjalo así Paul. No porque a ti te lo hicieron tenías derecho ¿eh?

-¿Hablas de Alice?- George guardó silencio. -Amigo no quiero discutir contigo.

-Yo tampoco, por eso, déjalo así...- Entonces caminó dejándome allí parado. Me volví a Amelie, quien lloraba entre sus manos en el umbral de la puerta. La abracé, hasta que se calmó.

-Tranquila, ¿sí?

-No quiero que se peleen, no quiero ser un estorbo, solo he sido un problema últimamente.

-No lo haremos, lo prometo. Yo haré que así sea. Y no eres nunca jamás eso. ¿Vives ahí con él aún? si quieres te presto una habitación...

-Estoy viviendo con Alice y Rachel. 

-Oh, ¿y Tony?

-Se fue Paul, ayer. Lo reclutaron desde América, para aportar al ejercito. 

-¿Es una broma cierto? ¡Pero como! ¿Y las chicas que dijeron? jamas lo esperé.

-Alice no para de llorar, y Rachel está como en shock, no sé, no habla de nada ni demuestra nada...

-Te llevo a casa, y aprovecho de hablar con ellas. 

-No está Alice, tenía una presentación, algo de su banda, no entendí muy bien.

Me quedé observándola un momento, sonreí. -Solo quiero ir a dejarte, ¿sí?

Ella entendió y sonrió de vuelta, hermosamente. -Sí, okay. Creo que mejor me cayo un rato.  
-Sí, mejor.




-0-





Me fui a la librería, esperado que George apareciera allí. Me arriesgué únicamente por el flacucho a llegar tarde a mi primera presentación.

Daba miedo de noche. Sentía pasos en el subterráneo, y las luces tampoco eran muy brillantes. Con un manto cubría mis hombros, ya que estaba con un vestido desabrigado para mi presentación. 

Cerré bien las vitrinas, y solo dejé la puerta, por si las moscas. Era peligroso de noche. 

Pasaba la hora, avanzaba, y el maldito George no llegaba. Quizás se olvidó.

-Mierda, las chicas me matarán...

Entonces veo que hay alguien reflejado en la vitrina, una silueta, oscura que no logro divisar. Está fuera de la tienda, observando hacia adentro. Me paralizo por completo, y retrocedo por instinto. 

Lo único que sé, es que tenía el cabello rubio.
Saco el revolver silenciosamente que guardamos en la caja por cualquier cosa, y me quedo allí parada. Pero entonces, saludan. 

¿Quién es?

-Alice, abre... soy yo...- Y claro, el flaco pensaba que yo no sufría de infartos, inmortal a emociones fuertes. Le abro la puerta enojada.

-¡Te dije que vinieras como George, estúpido, como George!

El chico suelta una risa. -Es que la peluca me da el look, ahora nena, ¿nos vamos ya?

-Llevo media hora esperándote, mas vale que andes en auto.

-Le llaman el Harrisonmovil.

-Harrisonmovil mi abuela, apúrate galán, así no conquistas ni a una mosca- Le saqué los risos dorados de la cabeza. 

-A Amelie le gustaba...- Dijo con llanto fingido. -Aparte, agradece que vine flaca, hoy tenía una fiesta privada en el hotel mas caro de esta ciudad, y te preferí a ti...

No hice mucho caso a su broma, y me acomodé bien en el "Harrisonmovil". Saqué una linea de caballito, e inhalé, el resto me lo puse en la lengua. George me observaba detenidamente antes de encender el motor.

-Es para los nervios...- solté.

-Hace rato no te veía en eso, tú no cambias flaquita.        

Solo sonreí, con quien sabe que cosa en la cabeza. 

Llegamos al bar de siempre. Muchas personas, más de las habituales. Si no me hubiese jalado esa cosa asquerosa, juro que me desmayo ahí mismo de nervios, y Harrison me cuida con esa peluca fea. De todas maneras lo camuflé igual, con unas gafas... algo menos humillantes. 

Había un letrero con luces de neon que decía, "VENUS, esta noche música en vivo". Se me hizo un nudo en el estomago al ver el nombre de mi banda en ese cartel. 

George soltó una risa. -Me acuerdo la primera vez que tocamos en un bar estaba peor que tú. Fue en Liverpool, sí... Paul era el que me contenía porque era mayor, y me decía "viejo, imagina que están desnudos, es pan comido"... hablando de eso pequeña, no te conté...

-¿Qué?- respondí luego de reírme de su historia.

-Hace unos meses, tenía una sospecha, nosotros comenzábamos recién a ser amigos... y te dije que averiguaras eso.

Yo algo recordaba, pero no podía ser posible. -No sé, ¡ya flacucho! me alteras, ¿qué pasó?

-Parece que entre Paul y Amelie hay algo... yo lo veía hace tiempo. Estaban siempre juntos "trabajando", y cuando le pregunté a ella si había alguien más no lo negó, para rematar, hoy los vi juntos... 

Dentro de mi, algo se agitó, no eran celos pero... el hecho de ver a mi ex con Amelie no sé, me dejó un gusto amargo. Por mi y por George. No quiero llamarlo celos. 

-No sé... en verdad, siempre lo pensé igual...

Mientras estábamos pensando en aquello, haciendo la fila para entrar al bar, que hoy estaba lleno, por supuesto no por nosotras, sino que por todas las otras bandas que se presentaban, y el descuento de cervezas naturalmente, nos encontramos a mis colegas de banda... y alguien particular que no me había ni acordado de su existencia, Syd. 

George prendió un cigarro asustado, por su identidad supuse, y se puso de espaldas cuando llegaron las chicas. -Estúpido, son mis amigas...

-¡OH!- Dijo torpemente, volteándose y quemando a Vicki por accidente en la chaqueta.-¡lo siento!

-Auch...- se quejó ella, no sé si por el pellizcón que Lucy le dio en el brazo, o por la quemadura -¡Lo siento! es decir...

-Lo siento yo...- dijo George riendo. 

-Sí, eso mismo...- respondió ella nerviosa. George la miró bien a la cara, y reconoció que ella era la bonita fans que vió aquella vez, y que yo había estado molestándolo y hablándole de ella toda la semana. 

-Debes ser, Vicki, ¿verdad? 

-Sí, me dicen así, George... obvio jaja...- 

-George está bien, así me dicen...

-Okay.

Me quedo viendo con Syd y Lucy, quienes entendieron la estupidez nerviosa de aquella conversación, y lo lindo y cursi que podía llegar a ser. Reímos complicemente, pero esos dos estaban tan en las nubes, que ni se percataron. Quise interrumpir, solo para joder. 

-Flaco, ella es Lucy...- La saludó de un beso en la mejilla, y Lucy atinó a abrazarlo, cielos, ¡quien no! pensé, era George Harrison. Syd estaba con la cara de emoción que jamás pensé ver en su drogada cara. 

-Soy tu mayor fan, hola- Dijo Lucy riendo luego de soltarlo, George solo rió junto a ella. Y luego fue el turno de Syd, quien reaccionó de una forma casi idéntica, incluyendo el abrazo asfixiante. 

-Lo siento...- le susurré luego. 

-¡Me encanta esto!, conocer gente así, que sean fans, está bien... gracias, y Vicki es linda...- Que lindo que es, pensé, y le revolví el cabello. 

-Pídele el número- le guiñé el ojo -Esta vez llámala tú, torpe. 

-Lo sé, ahora si que sí. 

Entramos al bar, al fin. Tuvimos que esperar un rato, éramos como la quinta banda de la noche. Pero fue tan divertida, que se me quitaron todos los nervios del principio... posiblemente, algunas veces, y digo algunas porque, me ha pasado, el alcohol ayuda... desinhibe, y me ayudó esa noche. 

Bebimos esa promoción de cervezas, menos George, porque manejaba, un caballero. Nada que hablar en comparación de Syd, quien quedó botado encima de la mesa... me suele pasar, pero me cuidé esa noche, creo que estoy madurando de a poco. 

Cantamos unos cuantos covers, que salieron un poco menos buenos que en los ensayos, pero nos aplaudieron bastante, y los hombres nos gritaban cosas... todo tiene su precio, supongo. Estaba feliz... 

Entre el público de esa noche, buscaba a John, tenía la pequeña ilusión de que llegara de forma sorpresa, o incluso llegara con George... pero bueno, siempre prefiero no esperar mucho de él. 

También me hubiese gustado ver a mi madre, que ella me viera haciendo algo por mi vida... y a Tony, como no.

Como sea, fue inolvidable. 






-0-



Amelie estaba parada en la recepción del departamento de Paul. Había encontrado algo importante y urgente que necesitaba decirle. -Busco a el señor McFly. 

Y es que era una especie de clave para buscar el departamento de Paul, como cuando se registran con un nombre falso en un hotel. 

-McCartney, 813, ¿necesita compañía? 

-Gracias, sé como llegar.

Llamaron, aceptaron de arriba, y subió acelerada. Paul estaba esperando en la puerta.

-Hola, que linda visita...- respondió con su sonrisa perfecta y nariz de fresa. 

-Macca te tengo la respuesta a todo- Respondió Amelie, disimulando al máximo su delirio por esa sonrisa encantadora, y hablando firme. 

-Adelante.

Cerró la puerta, y ella habló -¿estás solo? - se presenciaba su preocupación en la voz.

-Sí, ¿por qué?

-Paul me llegó esto a la oficina, pero es para ti... sentí que no era una simple carta de un fan, y bueno la leí... pardon si te molestó ó....

-No, no... no te preocupes...- dijo tomando la carta entrando en pánico, un frío medio extraño, sudor helado. 


Sr. McCartney. 

Sé que no nos conocemos, y prefiero guardar mi anonimato, para no levantar sospechas, y para resguardar mi seguridad. Le escribo sobre Anna Clark, debo contarle una verdad que me invade, y me atormenta. Mantuve una relación con ella durante dos años, y la conozco perfectamente... ella jamás podrá tener hijos, ya que su útero no es fértil. Se preguntará, ¿por qué la delato de esta forma? y es porque soy hombre, igual que tú, y me traicionó a mi también. Paul, ella escapó a india junto a mi, con el dinero del falso embarazo... el jamás tuvo un bebé ni mio ni suyo. Debe estar en algún lugar de este país, me dejó simplemente con la ropa que llevo puesta, pues escapó hace una semana, me ocupó como pasaporte para salir del país... no tengo mucho más que decir, que simplemente, ella es una mala persona. Espero tomes en cuenta esta carta, no sé si viviré mucho tiempo más, pues estoy durmiendo fuera de una especie de iglesia... juro vengarme en tú nombre. Espero que esta carta llegue a ti.


-¿De donde sacaste esta estupidez?- Preguntó el chico luego de terminar. Amelie cambió la expresión.

-¿Por qué? pues nada, en el correo llegó, junto a otro montón de cartas... de seguro tenía mi dirección...

-Es que es imposible, ¿ves lo falso que suena?- Paul estaba molesto, estaba rojo. Y ella también se estaba molestando de a poco.

-¿Acaso no me crees ahora?

-No es eso Amelie, pero mira las cosas que dice esta persona... que no existió el bebé, que Anna es infertil, ¡es imposible por favor! mira, sé que quieres ayudarme, no sé quien te ayudo a escribir esto, que ya te he molestado tanto con esto que estás harta, pero no me quedaré tranquilo con esta carta, ¿entiendes? te lo agradezco casi me lo creo, pero no Amelie, ella no me hará el tonto, necesito saber la verdad...

La chica estaba estupefacta. -Enserio crees que... que yo haría eso, que yo escribí eso para ti...- dijo molesta, con ironía en sus palabras. -¿sabes Paul? solo quería ayudarte, pero eres tan terco, tan don perfecto, que nadie mas puede tener la razón si no lo ves tú primero. 

Paul rió irónicamente. -¡Puedes darle una leída a esa cosa! me suena a telenovela Amelie, por favor.. somos adultos. No voy a creer en eso.

- ¿Eres idiota? ¡no! eres ingles, sabía que son todos iguales...

-¡Já! no me metas al saco Amelie, ¿escuchaste? ¡no lo hagas! porque yo no lo soy, soy bastante inteligente.

-¡NO ME LO DEMUESTRAS! ¡NO LO HACES MCCARNTEY! 

-¡Pues entonces búscate un francés con olor a caracoles, no me prestaré para esto!

-¡Y por qué tendría que buscarme un francés! ¿¡qué tienes que ver tú en esto McCartney!?

-¡MUCHO, MUCHO TENGO QUE VER!- La tomó de los brazos, y la obligó a mirarlo. -Me tienes mal. No sé que haría sin tu ayuda...

-Para eso estamos las colegas, ¿no?- respondió mirando al suelo, un poco mas calmada, pero igual de molesta. 

-No busques un francés... por favor... era un chiste.

-Que chistoso eres McCartney ¿Y qué si lo hago?

-Entonces yo lo golpeo, hasta que te de vuelva aquí.

-¿Por qué?

-¿Por qué, qué?

-¡Paul! 

-¡ME ENCANTAS! tu cara, tu voz, tu todo... y te lo dije esa vez hace un tiempo, y te espere, ya no quiero seguir esperándote. 

Ella quedó completamente perpleja, no se lo esperaba en absoluto. Paul la rodeó con sus brazos, y rozó sus labios un segundo, haciendo a la chica suspirar para sus adentros. Apretó los ojos con fuerza, y ella misma acercó sus labios besándolo con cierta urgencia. Rodeo sus brazos por su cuello, disfrutando de aquel beso, que cada vez se aceleraba un poco más, hasta que la chica se separa un poco...

-Ya no quiero esperar mas tampoco. 

Paul sonrió, con esa faceta encantadora y galán, y ahora la besó él. 

Amelie durmió en la cama de Paul esa noche, y el como un caballero aceptó el sillón. Aunque sus pies morían por dormir junto a ella... no podía atreverse, era muy pronto. 

De repente, una dulce voz francesa lo despierta, abre los ojos de a poco. -Buenos dias moncherie. 

Lo besó en la mejilla, haciendolo sonreír. 

-Me encanta despertar así...- La observó a los ojos, y la besó dulcemente. 

-Vengo a hacerte una propuesta. Ando con mi camara, ¿recuerdas que dije que la compraría? lo hice. Esta toma fotos instantaneas, y quiero una sesión contigo... 

Paul se sentó un poco, despertando. Puso sus manos en sus mejillas -Okay, tomemonos una. 

Amelie se levantó, y comenzó a buscar un lugar adecuado, cuando encuentra el baúl de disfraces de Paul. Recordó la peluca rubia de George y soltó una risa -Con que este es el famoso... centro de disfraces.

Paul comenzó a cuchichear junto a ella. --Ponte este, es de nadadora, yo uso el de astronauta. 

-Okay- Dijo la chica riendo. 

Se besaron, por instinto... luego ella solo se sonrojó, y puso la camara en frente, apretando un cordel para que comenzara la sesión. 










HOLA MUNDO  ❤️❤️❤️ ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO DE HOY. Ya saben, el amour el amour brota por todas partes en esta fecha de fiestas, de navidades y celebraciones... en pocas palabras, LOVE IS IN THE AIR oh sí, y este fanfiction no se queda atrás (? se vienen muchas cosas pronto :3 así que Dani Amelie y Vicki 1313 sigan en sintonía.

Cómo están chicas? yo debo decir que este capítulo lo escribí en la playa bajo una sombrerita con un jugo de coco con paraguas. Bueno, no tan así jajajajja pero en plenas vacaciones! espero disfruten de lo mismo. 

No tengo mucho mas que decir, más que las adoro! ❤️❤️ y muchas gracias por leer 7u7 y por sus comentarios! 7uu7 he estado corta de inspiración, pero de repente sale una llamita! ASÍ QUE LO ÚNICO QUE QUIERO ES SUBIR LUEGO! JAJAJAJ antes que se me vaya el mes con un puto capitulo D: que mal, matenmé. Prometo subir más seguido. 

UN BESO GIGANTE A CADA UNA ❤️❤️ NOS VEMOS EN EL 38! como pasa el tiempo!