The beatles

The beatles

Cuéntame sobre la historia...

Alice vive en el país de las maravillas, sí, justamente en aquel donde ocurren cosas increíbles. ¿Qué fue lo entretenido de vivir en los 60's? ¿Fue el Rock & Roll, o el LSD? Esta es la pregunta que se realiza la protagonista, y que pretende hacernos conocer. Una chica Neoyorquina, algo problemática, tiene suerte, mucha suerte. Estuvo en el bar indicado, con las personas indicadas. Y esa misma noche conoce a quien no dejará de conocer jamás, un revolucionario enjaulado, Lennon. ¿El sarcasmo de Lennon y el ácido de Alice lograrán mezclarse algún día? Preguntemos a Sadie.

lunes, 28 de abril de 2014

Capítulo 16 - *Si tú supieras realmente..."

Hola, hola ¿Se escucha? bien. Well, Cata tuvo que ir al baño, ya que necesitó agua fría para poder digerir mi propuesta... sí, bueno soy Paul McCartney, y le propuse tocar la guitarra para mí mientras dure el Out There Tour, me la traigo desde Chile. -Como me traje a Alice en los 60's- Si, si larga historia... Bueno en Hey Jude se lanzó sobre mí y no me le pudieron sacar. 

¿Qué? ese Paul pff de nuevo viendo mis cosas... ahora sin mas, el capítulo bellas <3 perdonen a Macca, es que se emocionó mucho.

16


- Gra-gracias...- El chico masculló entre dientes, sonriéndome de una forma bastante... Desagradable. No es que tuviese algo en contra de esta condición, ni tampoco de estas personalidades juzgadas por la sociedad, sin embargo, era a mí al que cuarteaban.

- Bueno pues, de nada... Supongo- Respondí con indiferencia intencional. Con la idea de que así se sacara de la cabeza aquello que se le había ocurrido sobre mí.

- Bueno, sin ti, estaría machucado en el suelo en este momento- Esbozó una risilla molesta. La mujer rubia miraba la escena desde atrás, sentía sus ojos posándose en mi nuca.

-Si... Es decir, te vi en apuros, mmm ¿Tom?- Intenté aún más la indiferencia.

-Tone, es... Tone- Terminó, mientras pasaba la mano por su cabello, con una expresión nerviosa. Maldita sea, no logré enamorar a la rubia y ahora ¿esto?

-Bien, bien, bien estupendo, ya estás a salvo Tone, gracias por todo Ringo, ahora vamos- Llego su amiga con airecillo apresurado, tomándolo del brazo. Entonces me quedé allí con cara de estúpido.

Comencé a buscar otro grupo de personas, para salir del vergonzoso paso. Miré el reloj que colgaba de la pared, de estos hechos de madera, llenos de polvo.

Ya eran las 8:00 am, o algo parecido. Mi vista cansada nubló la visión.

He ahí cuando veo a la chica periodista y a Paul hablando alegremente. La mujer cruzaba su pierna derecha sobre la izquierda, con la mano derecha sostenía un vaso con contenido oscuro dentro. Llevaba un abrigo color crema, y un sombrero también.

Las maletas de Amelie estaban en la puerta de entrada.
Quise acercarme, para entrometerme en cosas ajenas por un segundo, cosa que no suelo hacer. Sin embargo no fue necesario.

Harrison bajaba las escaleras del salón principal. Sus pasos firmes resonaban en toda la escalera, y su camisa desabrochada le concede un airecillo que asustaría a cualquier ser vulnerable. Un escalofrío me recorrió, supe que traía malos vientos.
Todos volteamos a ver quien venía tan escandalosamente. Entonces más de alguien se llevó una sorpresa, ósea Amelie y Paul, naturalmente.

Paul lo miró desafiante, mientras la joven solo agachó la mirada, con cierto dolor. Ella estaba enojada, si no me fallan mis instintos amorosos. Tal como deduje que ese Lennon no solo le "interesaba" la neoyorquina.

-¿Qué? ¡No puedo creer que ahora te vayas!...- George hablaba extraño, jamás lo había visto tan molesto, tan desorbitado. Sus cabellos desordenados se mecían junto a su acelerada respiración.

-¿Cual rayos es tu problema?- Creí que era prudente intervenir.

-No te metas Richard, esto es entre Beaumont y yo...- Inquirió alejándome con las palabras.
McCartney se levantó de su asiento, tomando la mano de la francesa, con afán de defender a aquella bella chica. Lanzó una mirada desafiante a todos lo que nos encontrábamos mirando, y salió de allí, con la chica de la mano.



-0-


Sexy Sadie, ¿What have you done?

You broke the rules...


Cantaba una simple melodía que venía dando vueltas en mi cabeza hace un rato. Observaba la bella curva de su cintura, contorneada y armoniosa. Su hombro descubierto tenía aspecto suave y brillante, las ganas que sentí de besarle eran casi incontenibles. Sin embargo lo hice, me contuve.

Seguí observándola de espaldas mientras dormía. Bajé la mirada hasta su espalda, unos cuantos huesos sobresalían bajo su vestido de hilo con cuello tortuga. Luego, me atreví a mirar un poco más abajo, en donde nacía otra curva natural. La de Sadie era prepotente, sin embargo no era vulgar, era justamente perfecta. Su espalda se quebraba justo un poco más abajo de su cintura. Sus piernas pálidas aparecían debajo de esta, en donde terminaba su ceñido vestido, dejando tanto a mi imaginación que logré soltar un suspiro.


You made a fool of every... one.

La voz se me entrecortó cuando me percate que ella podía ver mi estúpida cara a través de un espejo que se encontraba al lado de la cama. Seguramente enrojecí como un tomate.

-¿Necesitas un babero o algo? O prefieres que siga durmiendo- Su risilla molesta me sorprendió.

-Pienso que...- Me erguí, sentándome en la cama -Deberías usar vestidos más largos...- Observé sus piernas, y me relamí los labios, burlándome de su expresión, molesta.

La chica golpeo mi pierna con una patada hacia atrás. Me quejé, y acaricie esta rápidamente, como Mimi me enseñó, para que así el dolor calmase.

-Hey, te dejo pasar la noche conmigo, ¿y me tratas así?- La chica reía de su gran hazaña.

-Te recuerdo- Se sentó sobre la cama -Que TÚ no dejaste que me fuera, "porque Paul enfurece, y soy mal amigo" y no sé qué otra excusa más...- al terminar, se percató, y enrojeció sus mejillas.

-¿Excusa eh?, entonces... Sadie, ¿Cuál es la verdadera razón por la que quería que te quedaras conmigo?

Acerqué lo suficiente mi rostro para que compartiéramos el mismo aire. Me miraba asustada, con sus preciosos ojos redondos desconcertados. Cielos, amaba la forma en que se inhibía frente a mí. Desaparecían todos los indicios de chica modesta y sin corazón. 

Alice tenía sentimientos, y no era de piedra. ¿Por qué se escondía de mí? Simplemente quería verla sonreír, un par de segundos, frente a mí. Hacerla reír se convertía en algo tan divertido, un trabajo solemne que me encantaba a hacer, y encantado me encargaría de aquello. Siempre me gustó que le gente riese de lo que hablaba, sin embargo, ella poseía la risa más contagiosa del mundo.

- Lo, lo siento... No quería- Titubeó, y vuelvo a interrumpirla, dejándola una vez más, sin voz entre sus labios. Entonces aprecié su rostro, sus suaves mejillas, las cuales poseían una redonda forma aún, como la de una chica más joven. Sus 20 años no eran bien representados en su rostro... Cuando si lo eran perfectamente en su cuerpo, su figura. Ella era una mujer hermosa.

-¿Por qué te escondes de mí?

Pregunté sin saber bien el por qué, fue de esos impulsos que realizas sin pensar en las consecuencias de la respuesta. Quizás la respuesta sería absolutamente todo lo contrario a que esperaba.

No respondió, simplemente guardó silencio. Lo mas probable es que no haya entendido la formulación de mi pregunta.

Un olor agradable entraba por la ventana, el desayuno se aproximaba en Casa Grande, y mi dosis de Jelly Babys por ende. Esos malditos dulces eran una adicción, tenía un gran problema con esas gomitas de colores, y la verdad es que todos tenían en cuenta aquello. Cada mañana, antes de partir, comía algunos, fastidiando a medio mundo.

Volví a centrar mi atención en ella.

Su mirada a través de la mía se cruzaron de una manera perturbadoramente excesiva. Cuando traspasas lo terrenal y simplemente conectas con aquello, eso que no sabrías como responder y reaccionar. Esa sensación que si no vives, no sabes explicar.

La habitación estaba tan llena de humo que no me lo explicaba, mis zapatos yacían en una esquina, mientras sus tacones sobre la mesa.

El blanco de la habitación se reflejó en sus ojos tristes. Mi pecho se fundió en el de ella,  sin hacerlo realmente, pero el conjunto de angustias y sensaciones de placer se juntaron.

Una batería distorsionada se escuchaba al otro lado de la pared. Alguien golpeaba esos tambores insistentes. Ringo por las mañanas realizaba una sesión improvisada.

Entonces una ampolleta brilló dentro de mi cabeza, y saltó chispas por todas partes. Un corto circuito hizo que me levantara y caminara al armario de mi habitación. Alice me observó con duda, seguramente creyó que estaba drogado o algo por el estilo, pero que más da, ella siempre lo está primero que yo.

Tomé la guitarra que había abandonado hace un rato. La sostuve nervioso, pero con una sonrisa ridículamente ¿enamorada? cielos, no era posible. Mi estomago daba mil vuelcos al observar sus ojos brillantes, con un destello inigualable, sus mejillas sonrojadas y sonrientes, observando cada cosa que hacia, como si fuese su payaso personal. "Que lindo , ahora soy bufón".


If i fell in love with you
Would you promise to be true
And help me understand
'cause i've been in love before
And i found that love was more
Than just holding hands


If i give my heart to you

I must be sure
From the very start
That you would love me more than her


If i trust in you oh please

Don't run and hide
If i love you too oh please
Don't hurt my pride like her


'cause i couldn't stand the pain

And i would be sad if our new love was in vain


So i hope you see that i

Would love to love you
And that HE will cry
When HE learns we are two
If i fell in love with you


Entonces, ella entendió, lo que realmente quería decir. Una forma extraña de expresar  lo que sentía, sin embargo es lo mejor que sé hacer, jamás podría decir todas estas cosas ridículamente enamoradas si no fuese por medio de una canción... en cambio McCartney si podía, el tenía la habilidad.

-Me gustaría aclarar que, está permitido usar canciones ya escritas para otras personas, en el trato beatle no es pecado, así que no te asustes...-

Sí, ese fue mi intento de romanticismo fallido. Por alguna maldita razón, con ella no funcionaba nada de lo que tenía aprendido. No se derretía al escuchar mi voz como las demás, no sonreía cuando hablaba estupideces, ni tampoco corría para que le dedicase una palabra.

"Soy un completo idiota que no sabe como arreglar la situación".

- Ahm.. no, pues... es genial, sale a menudo en la estación radial pero, no entiendo aún que pretendes cantando eso- Respondió con su sonrisilla. Me quedé en silencio simplemente  -John, ¿querías besarme?- Susurró. Entonces me alejé, y le sostuve la mirada unos segundos. Luego, me percate que estaba respondiendo mi pregunta, y volví al mundo real.

-Bueno... eres una loca desquiciada, y posees mal aliento por las mañanas...- Abrió unos ojasos nuevamente, con su cara de bebe molesta. -¿Es chiste bien? - Luego me burlé nuevamente. -Sadie, es que si te dijese la verdad, probablemente tu...

-Oh vamos, tu siempre hueles mal...- Sonreímos esta vez. Eramos estúpidamente felices con nuestra conversación. 

¿Era posible que denigrara más mi capacidad de gustarle a una chica?. Entonces decidí seguir rompiendo el hielo de alguna forma, ya que la idea de cantarle había sido completamente desechada. Abalancé mis manos a su estomago, provocando cosquillas en él. Ella chillaba como loca, tratando de zafarse de mí. 

-Lennon, oh John dejame en paz, ya verás cuando pueda...- La risotada no la dejaba hablar tranquila -Me, auch, me vengaré lo juro-

-¡Alice, deja de gritar, te pueden escuchar Sadie...!- La joven reía descontroladamente, y estaba presa por mis brazos, a estas alturas ya yacía sobre ella, presionando mi cuerpo en su abdomen, para que no pudiese levantarse de la cama, ella luchaba contra mis brazos, tratando de soltarlos para que así cayese al fin, pero era imposible. Comenzaba a desesperase y a quejarse de dolor. "¿Como alguien de risa tan chistosa y bella puede ser tan triste?"

Un, dos, un, dos. Las pisadas hacía eco en el pasillo una y otra ves. "Ya despertaron".  Una voz inglesa murmuraba algo allí afuera. Entonces dejé a Alice simplemente allí, descansando de tanto reír.

-Mi estomago imbécil... no te, auch, no te la llevarás tan fácil esta Lennon, lo juro. 

-Ya sabes... No, a veces es bueno, lo prometo. Sí, suele estar siempre en la nubes, pero cuando escribe lo hace bien… ¿Por qué crees que escribió un libro? Debes ser inteligente para escribir libros, así que supongo que él es el más brillante de los cuatro. Aunque habla cosas de mal gusto, y se comporte como idiota…- La risa de Amelie se escuchaba conjunto a lo pasos de Paul -¡John! Despierta de una vez, hoy teníamos que llegar temprano viejo, Amelie se encargará de unas fotos…- Paul abre la puerta de par en par.

Se queda helado por unos segundos mirando la habitación y la escena en general. Una especie de revoltijo de emociones. Amelie se escondía tras la espalda de Paul, asomaba su cabeza para mirar la escena.

-¿Qué hay compañero? necesitas hierba o algo... así- Ese fue mi intento por suavizar la situación, justo aquella que no queríamos que ocurriese por ningún motivo.

Me quedé en silencio después de abrir mis ojos y darme cuenta de que no era el momento. Todo se quedó quieto por unos segundos que parecieron eternos. Sentí lastima, por mi, simplemente por lo ridículo que llegaba a ser algunas veces. Pues nadie rió esta ves.

Luego miró a Alice, quien llevaba el vestido de hilo y el cabello desordenado por la mañana, era obvio que durmió junto a mí y bueno, digamos que generalmente me tachan de mujeriego o algo por el estilo, esta ves no sería la excepción.

 Sus mejillas coloradas, y el brillo con él que compartíamos la mirada, desapareció por completo. Ella estaba asustada seguramente, pensando mil cosas a la ves...  como por ejemplo que perdería a Paul. Sentí una inquietud al terminar de procesar aquello.

Sentí lastima por mí nuevamente, maldición. Ella enserio quiere estar con Paul, y yo soy un ridículo imbécil que se mete en su relación. Decidí dejarlo, y no irme arrastrando por ahí con mis emociones.

-Oh, lo siento…- Cerró la puerta nuevamente, dejándonos a ambos con el corazón en las manos.

Más que rápido, me empujó fuera de ella, y se levantó tras Macca.




-0-




Caminé lejos de esa maldita puerta. Un desagradable sabor amargo inundo mis labios. No podía creer lo que mis ojos veían, simplemente desconcertado. Es decir, no podía creer que mi chica estaba allí en la habitación de ese patán, con el cual debió haber dormido. "Seguramente se aprovecho de ella, es un maldito hijo de..."

Entonces pensé que era ridículo, que nada que lo que había echo por esta chica valió la pena en absoluto en todos estos días junto a ella. No soy estúpido, jamás lo fui en realidad, y era obvia la situación en que ellos dos se encontraban.

Escuché unos delicados pasos corriendo atrás de mí, gritando mi nombre varias veces. 

-Paul, espera un momento, creo que estás mal interpretando muchas cosas- Hice caso omiso a lo que hablaba y seguí caminado, dejando atrás todo a mi paso. -Enserio, ¡Hey, Paul estoy hablandote! no me ignores...- daba pasitos tras mio. Seguí caminando, tratando de sacar de mi cabeza aquella imagen. -¡Paul!

No se rendía, y seguía caminando atrás mio.

-¡Alice!- Hablé al fin desconcertandola -Somos amigos, ¿Si? no importa, no te disculpes por estupideces, sabes que... maldición, eres libre, puedes hacer lo que quieras.- Me lamenté, sabiendo mis sentimientos hacia ella, las locas ganas que tenía de realizar algo con ella. De hacerlo real, de una ves por todas.

-Paul, ¡solo quiero hablar!- Me detuve, y miré su expresión adolorida, y simplemente caí sobre su hermoso poder de vulnerabilidad. Asentí con la cabeza estaba tan molesto que podría patear un cohete hasta la luna.

Caminamos directo por el pasillo de Casa Grande, me siguió hasta el jardín.

Habían florecillas de color azul por montones, y el césped tenía un color verde oscuro brillante. Una fuente de agua, una mesa y cuatro sillas de color blanco, y una colección de figuritas. Hay una nevera con Jelly Babies, John los compraba por montones y los guardaba en el jardín.

Nos sentamos en las sillas blancas frente a frente. Serví un poco de té dentro del par de tasas que yacían sobre la mesa. La chica agradeció simplemente, y bebió de este. Sus manos temblaban, se veía intranquila. 

-¿Y los Jellys Paul? Oh, esto si que no lo permitiré -Abrió la nevera- ¿¡Quien rayos se comió mis Jelly Babies?!

John llegó gritando al jardín, como si debía enterarse todo Europa que él entraba. Posó sus ojos café sobre nosotros, y se dio cuenta de que interrumpía.

-Ouh, lo siento...- Guiñó un ojo- ¡Oye Mark! Acompáñame a comprar...- Gritó estruendosamente, molestando otra vez. La cara de Alice me hizo gracia dentro de toda la situación. Fruncía los labios molesta y rodaba los ojos. John salió rápidamente de allí, a paso de trote.

Hubo un incomodo silencio.

-¿Y bien?, qué querías decirme...- Inquirí, tomando un sorbo de té. La radio sonaba al fondo del jardín. 

-Paul, sé que lo que ocurrió puede mal interpretarse, pero que tengas claro que yo y John simplemente somos amigos...-

-Bien, nosotros también somos amigos Alice.- Respondí, intentando disimular la rabia. Mostrando orgullo.

-Sabemos perfectamente, que tu y yo, somos todo menos amigos- Seguí desentendiendome y bebí otro sorbo de té -¡Mierda! Paul, dormimos juntos cada noche- Mi corazón dio un vuelco, era cierto, y era encantadora cada vez que pedía una abrazo -en las mañanas me despiertas con un beso en la frente, luego te espero para la cena con mi vestido favorito, el piano por las noches, vino... es decir ¿Enserio pretendes que piense que no sientes nada por mí? por favor Paul... no sé, estoy aburrida, más bien harta de no saber cuales son tus intenciones conmigo, ¿Y sabes que? cuando yo...- Interrumpí su acelerada forma de hablar y tomé sus manos, poniéndome de rodillas justo en frente de ella. 

Se detuvo, observándome por unos segundos. 

-Excelente... ahora me pedirás matrimonio- Sonreí, aceptando su broma.

-Alice Murray, ¿Serías mi novia esta ves?

Entonces ella se quedó helada, digamos que no era la primera ves que se lo propuse. Pero estaba seguro, quería demostrarle mi amor de una vez por todas.

-Paul, siento que es muy luego aún para...-

-¡Cielos, Alice! acabas de decir que dormimos juntos, somos el uno para el otro, actuamos como un matrimonio y...-

-¡Paul, Paul! bien... sí-

-¿Sí?

-Sí...- Sonreímos lentamente, transformando nuestra situación.

Ninguno de los dos lucia realmente convencido. 

Me levanté del suelo, y besé sus labios dulcemente, como ya lo hacía a diario. Tenía la suerte de probar su textura cada ves que ella me lo permitiese, de hacerla feliz. Me miró con sus ojasos, y la abracé por su pequeñísima cintura. 


-Hermosa, eres hermosa amor...- Rocé mi nariz contra la suya, haciéndola sonreír nuevamente. -Escucha, lo siento mucho... es que, pensé que tu y John, habían dormido juntos anoche, pero luego pensé nuevamente y dije, mi chica es inteligente- Soltó un par de "ja" casi sin gracia -Y lo siento por la última vez cariño, ese día que llegué a casa, y tu te sentías mal... yo prometo que daré lo mejor de mi, para que te sientas bien hermosa, ¡porque eres la chica mas bella del mundo!- 

-No te preocupes cariño, comprendo perfectamente. John es un amigo simplemente, solo fui en la mañana a su habitación, justamente a despertarlo, pues... necesitaba pedirle- Hizo un gesto con los dedos, fingiendo que fumaba marihuana. Negué con mi cabeza, odiaba que hiciera esas cosas...- Y justo llegaste, pues en ese momento...- Callé sus explicaciones con un beso fascinante. 

El sol brillaba en el cielo, y el verde del pasto también se lucía junto a este. Se escuchaban unos cuantos murmullos adentro, los cuales ignoramos.

La figura alargada, sus manos tensas de tanto sujetar sus impulsos de golpearle la cara a algún sujeto. Sus ojos un tanto rojísos, mientras contemplaba la imagen que tenía en frente. Cuando por casualidad volteé a verlo, parecía tener 17 otra ves, este Teddy frío, de Liverpool, con un corazón noble pero amargado por la infame realidad. 

 Las cosas se ponían difícil entre él y yo ya que, ninguno parecía querer abortar. Sin embargo, tenía claro que, yo iba con ventaja y cien mil caballos mas arriba que él.

Entró nuevamente a Casa Grande, sin que Alice lograra verlo antes. Solo entró, pasando totalmente desapercibido, perdiendo la batalla. Las cosas no pudieron haber sido así.




Hola mis queridísimas lectoras <3 <3 Si les digo, uff, me costó mucho escribir el capítulo. Tenía como un bloqueo enfermizo, ¿No sé si les ha pasado? es terrible... así que este fue escrito al menos tres veces. Espero les guste <3 

Como se dieron cuenta allí arriba, si si, ahora vivo con Paul. -Y el publico grita "loca, loca"-. ¡BIEN, ME DESCUBRIERON! no es cierto u.u pero en parte si... creo que a casi todas les he hablado de como me fue con él, lo cerca que lo vi *-* oh dios. Como pueden ver, sigo alucinando.

Ya, he aquí un par de fotos del gran día, lamento decir que los videos se ven asquerosamente mal, porque mi teléfono no graba bien, y la verdad que lo único que se ve es gente parada jajaja 



A su izquierda tienen su fiel servidora escritora aquí presente. -la feucha de lentes- y su mejor amiga, quien la acompañó en la travesía, y le cedió la entrada adelante, y al costado derecho una foto del escenario, para que vean la cercanía que logré con mucho esfuerzo XD Y lo digo con sarcasmo pues, me la regaló ella <3 yo simplemente tenía una platea. Sí, la adoro por eso.

Me están retando :( que el colegio mañana, y no sé que más... pff me tienen aburrida. LAS ADORO A TODAS <3 Vicki, Unicornia, Salma Belle, Lovely Cami, Dana, y las demás por supuesto. <3  Espero haberlas entretenido un rato con mis ocurrencias.

Varias de ustedes han hecho preguntas en sus páginas, y la verdad es que quería ser popu... jajajjaja no mentira, pero es linda la modalidad :3 así que igual haré una. Tiene un poco que ver también con Alice y la temática de esta cosa que escribo.

Imaginense en los años 60. ¿Lo hicieron?, bien. Si un día conoces a tu "beatle love" y este te invita a pasar unos días con él en su "vida ajetreada", sin embargo, no ocupas el papel de novia... si no el de "amante",la segunda, la patas negras, como quieras llamarle.

¿Aceptas? ¿Qué dices en tu casa? XD 

¿Ven? son muy tontas mis preguntas jajajja LAS AMO <3 tengan un excelente día. Saben que me encantan sus comentarios, me río mucho siempre, y me alegran el día. ¡GRACIAS! <3 besos y abrazos. 













lunes, 21 de abril de 2014

Capítulo 15 - *¿Sadie, qué es lo que has hecho?*

Hey! Everybody Out There! ouh ooh (8) you know what is like! 

¿Cómo estás las mejores lectoras de la vida? espero que excelente, al igual que yo, que la emoción brota como polen en primavera, como gotitas en invierno, y cerveza en verano. Besos y buenas vibras para todas <3


15




-Está bien, tú ganas, jugaremos naipes...- Inquirió John resignado. Eran alrededor de las 3:00 AM, y no teníamos ninguna noción del tiempo. "Eso dejémoslo para los mortales".

Luego de inducirme de una forma poco convencional a su habitación, ninguno de los dos decidió salir de la escena. Cuando la compañía es buena, no necesitas escapar de esa forma, sobre todo si la sensación agradable es dualista, y complace a ambos. Esa era la atmósfera de ese momento, tan recíprocamente agradable, que podía sentir su simpatía a flor de piel.

Las cartas eran simplemente un adorno, para que cualquiera que entrase no pensara mal de la situación. Suele pasar que, cuando sientes culpabilidad por algo, inventas situaciones o frases, para así librarte de la culpa, sin que esta haya sido atribuida a ti. Pues definitivamente, ese era un sentimiento compartido, implícitamente, por supuesto. Todo detrás de una malla.

-¡Ja!, Johnny va perdiendo... creo que tendrá que mejorar su habilidades conmigo, señor Lennon- Fumé una calada, esparciendo el humo, mientras este formaba figuras bellas y delicadas, enroscándose en la atmósfera.

El joven sonrió.

-Usted, señorita Murray, debería ser la que teme de la dinastía Lennon... ya que mi padre, era el az del póker, un marinero de excelencia- Hizo una pausa para toser, atragantado con su propia saliva -Es broma, mi padre era un jodido borracho, jamás se hizo cargo de mí, tampoco era una marino de excelencia, solo tenía un amor en cada puerto- Todo esto lo expresó de una forma divertida. Asentí, en la forma en que una persona acepta situaciones desagradables.

-No te preocupes, mi padre también tenía un amor en cada paradero del autobús. Nos dejó a mí a mi madre, sin explicación alguna, un día que prefiero no recordar.

El joven miró hacia el suelo, en una especie de recordatorio, levantó la mirada.

-Perdí a mi madre, no hace mucho...- Exclamó al fin. Sentí una punzada, compartiendo su dolor, expresado en la voz. -Pero, algún día tenía que morir... llevó una vida de parrandas, de algo dios la tenía que matar- Concluyó fríamente.

Entonces el juego avanzaba, al mismo tiempo que las manecillas del reloj. El ruido disminuía cada vez más afuera, en la fiesta.

-Entonces, Sadie.

-Dime, John.

-¿Cómo va tu relación con Macca?

Me incomodé al escuchar esto. No me gustaba la pregunta aquella, pues nada estaba definido aún. Éramos una especie de amigos que vivían juntos, pero con todos los colores de una pareja recién casada. Risas por la mañana, discusiones, reconciliaciones. En las tardes lo esperaba para tomar el té inglés, cuando salía del estudio. En las noches lo acompañaba en sus momentos de concentración, en donde creaba y hacía maravillas con el piano.

Todo iba estupendo, poseíamos una definición perfecta de pareja feliz, sin embargo, no éramos novios.

-Mal, la verdad. Simplemente somos amigos, nada más.

-¿Y eso es malo?

-No realmente, pero tu preguntaste.

John rió sobre mi expresión, molesta como a menudo. Le encantaba reírse de mí, de mis caras molestas, burlarse de mi humor poco carismático. Se levantó del colchón, y caminó hacia uno de los compartimientos del closet. Abrió una bolsa con hierbas dentro, y sacó unos papelillos sabor a frutilla.

-¿Qué es eso?

-Sadie, eso ni siquiera tú te lo crees, sabes perfectamente que es con solo mirar lo que tengo entre las manos- Inquirió burlándose, nuevamente.

-Bueno, quizás he cambiado un poco...

Dije falsamente, mirando hacia otro lugar para ocultar mis ojos. Sí, no era buena, y mis antecedentes ratificaban eso.

-¿Vas a querer? porque si  no deseas es más para mí- Sonreía maliciosamente, como un niño con una caja de chocolates.

No respondí a aquello, simplemente admirando como armaba un cigarrillo con tanta rapidez y astucia. De una forma totalmente profesional.

Me entregó un cigarrillo enrolado, y un encendedor. Fumé de este, con cierto dolor en el estómago, queriendo morir en el intento.

Un dolor profundo, una punzada extraña en la boca del estómago. Sentí la fatiga más grande hasta aquel momento. Asustada, erguí la espalda rápidamente, para calmar un poco el dolor, pero a estas alturas estaba todo herido dentro de mí. Mi tráquea ardía fuertemente, una lágrima de temor corrió por mi mejilla. Una especie de sacrificio doloroso.

-Tranquila, tranquila...- El joven evidentemente se percató de mi dolor. Acarició mi espalda suavemente, esparciendo su energía positiva sobre mí. Jamás me sentí tan querida, como en ese momento. Sin embargo, sabía muy bien que estas eran percepciones nada más que mías.

 Sonrió, tal como en mis visiones, de una forma dulce. Me sentí en completa confianza, él se la había ganado con pequeños actos. La imagen inmaculada de mi madre vino a mi mente fugazmente, recordando su sufrimiento, aquel que yo trataba inútilmente de pagar, de sufrir por ella. Mi estómago crujiendo.

-0-


Me recosté sobre la almohada, aventando el cuerpo de la chica hacía mi pecho. La abracé,  de una manera sutil, pero con mucha necesidad. Deseaba tenerla cerca mío hace un buen tiempo, poder tocar su cabello, sentir sus manos sobre mí pecho.

Era diferente, juro por Dios que sí. No era estas típicas mujeres guapas con las que tengo acceso, no... no, ella es especial, es Sexy Sadie. Y es inevitable pensar mil cosas sobre ella, imaginarme situaciones, ella y yo solos en este lugar, juro que haría de esta la mejor noche de su vida.

 Su olor me vuelve loco. Jamás sentí tal fragancia en otra mujer, tan firme y dulce, tan frágil. Sentí ganas de protegerla, de cuidar de ese pequeño cuerpo, el cual sufría de descuido.

-Está bien Sadie, está perfecto.

Tranquilicé sus sollozos, acariciando su cabello, como anhelaba. Traté de arrullarla, cantando una melodía simple.


Sadie, ¿What have you done?
You made a fool of everyone


 La chica sonrió, escuchando mi canto.

En eso siento como la puerta es golpeada con fuerza. Ambos nos descolocamos completamente, la pequeña me miró algo asustada.

-Iré a ver qué ocurre, lo mejor es que te escondas en el baño Sadie... ya sabes, pueden hablar cosas, y... no queremos a Paul enfurecido.

Asintió de manera inteligente, y se escondió tras la puerta del baño. Limpié rápidamente el desorden, el resto de hierba, y abrí la puerta, sereno.

-¿Si?

-John...

Expresó el chico asustado, bastante extrañado. George lucía sus oscuros ojos bien abiertos a lo que tenía en frente. De su mano, había una morena muy bella, con curvas pronunciadas y una sonrisa encantadora, una blusa escotada. Luego de perderme un poco en la chica, miré hacia mi amigo, preguntándome que diablos pensaba hacer en mi habitación, lo cual no era tan difícil de deducir. "¿Dónde estará Amelie?"

-Sí, flaco ¿Que necesitas?- Respondí masticando goma de mascar, según suele decir la prensa, con una forma muy particular y amilanadora. Tenía cierta inquietud... si llegaran a ver a Alice, pensarían que soy un imbécil, roba chicas, y un pésimo amigo.

-Yo solo...- Dirigió la mirada a la mujer, buscando alguna respuesta en su cara -Nada, solo buscaba algo de hierba...- Concluyó nervioso.

-Bien- Inquirí en tono de duda. Tomé algo de lo que tenía guardado, y se lo entregué dudoso. 

Lo observé unos segundos, hasta que decidió contarme la verdad. Suspiró, y soltó el aire.

-John, Amelie no debe saber esto, ¿bien?- Pensé un momento lo que dijo, y he ahí en mi cabeza la imagen de la francesa llorando, esa linda chica que viene de Paris solo por estar junto a él, idiota. Entonces me causo repugna.

-Mira compañero, podemos ser muy íntimos, pero sabes que una mujer se respeta, y Amelie no es de estas chicas cualquiera, sabes que ella vale la pena, ¿Por qué he de no contarle?

Un ruido extraño se escucha a mis espaldas, algo así como un feo golpe. Me volteé, imaginando justamente lo peor, aquello que no debía ocurrir en ese momento, pero el destino sabe porque hace las cosas. Y ahí estaba, nuevamente, Sadie en el suelo, con sus ojos rojizos y una cara ridícula.

-¿Qué hay?- Dijo sonriente.

George me miró con desafío, con decisión.

-Exactamente John, esa es la razón.

-Entró por la ventana del baño, yo no sé nada- Expresé sonriente, el chico me miró con desaprobación, entendí que no le gustó el chiste -Yo no pretendo nada con Alice- Terminé veloz.

-Yo tampoco con la chica, pero ninguno de los dos tiene pruebas...-

-¿Qué hice yo ahora?- Inquirió Sadie.

Hice un gesto con el dedo índice para que callara. "Al parecer le afectó un poco el cigarrillo."
Extendió su mano hacia mí, y no tuve más opción que estrecharla. Problemas con Paul innecesarios. Harrison salió por la puerta, con la mujer bella de la mano. Sadie se levantó del suelo, y instintivamente, volvimos a recostarnos sobre la cama.



-0-


-Tony, eso, excelente... no, no, un poco más de pies, ¡Muy bien!- Observaba hace un buen rato a la rubia Rachel y su amigo... ¿Cómo se llamaba? Thomas, Tom, Tone... ¡Tony!. El señor Primes me dejó analizando la idea de rodar una película nuevamente. Ser protagonista de una historia no es algo simple, sin embargo, me sentí con agallas para el desafío. Esa timidez desaparece completamente al sentarme tras mi batería, mis preciados tambores, no los cambiaría por nada.

Rachel me sonreía hace un buen rato. Mientras hacía danzar a su amigo, me buscaba a mí, como queriendo compartir sus chistes conmigo. Llamaba mi atención, bailando, dirigiéndome miradas... de una forma bastante infantil. Me parece divertida la forma en que se ríe, estruendosamente, su vos grave era tan tonta, pero atractiva en otra situación, supuse.

El grupo de personas con las que hablaba, comenzaba a notar la presencia de aquellos payasos. Hicieron unos cuantos comentarios.

-Mira, a ese le falta testosterona por montones...- Todos rieron al comentario de aquel hombre.

-Odio a esos desgraciados, enfermos... deberían someterse a una cura, yo sé que es una enfermedad aquello-

-Y la rubia intenta cambiarlo, ¿Te das cuenta?, además está bastante buena...-

Comenzaba a aburrirme de los imbéciles comentarios de todos aquellos. Entonces un hombre del grupo, decide acercarse a Tony de una forma peligrosa. El hombre, con los puños cerrados y la barba gruesa, bastante prepotente. Esto no tiene buen final ni aquí ni allá, ni en ninguna parte.

Rachel se asusta, y se retira unos pasos, sin saber qué hacer, o que recurrir, el hombre era gigantesco. Entonces Tone baja la mirada, avergonzado. El hombre, encontrándose a punto de golpearle la cara, me interpongo entre ambos, salvándole la vida.

-Vete de mi casa, ahora, tu eres el marica por hacer tal cosa, ¡fuera de aquí!- Inquirí con furia.

-Ringo…-Expresó la rubia algo desentonada.

 El joven delgado Tony, me miró sonriente, con un brillo extraño en los ojos.

Bebí un sorbo de saliva, raspando mi garganta. Maldita sea.




Auch, que pasó Ringo mi amor... no se preocupen, él joven guapo de allí arriba tiene clarísima la película. Así que tranquila chicas, tenemos oportunidades con el batero para rato jajajaj <3 

Les cuento, que estoy a HORAS, de ver al más grande de los grandes que aún pisan esta contaminada tierra. 

Y que enserio, desearía llevarlas a todas, porque no hay duda que será el mejor show al que asista en mi corta vida. Es una sensación inexplicable, mucha mucha felicidad de escuchar esas obras maestras en vivo, y además a manos de su escritor. Recordemos que McCartney es escritor, igual que nosotras... bueno, no me llamaré escritora, si no seudo, porque para escritora me faltan milenios jajajaj el punto es que, el es un verdadero ejemplo e ídolo a seguir. Para mi y muchos en este mundo. *Aplausos para Macca* :') *Se limpia unas lagrimitas*.

Son las 8:25 PM, mañana en estos momentos estaré cumpliendo el sueño de ver a este hombre en vivo. Aún no caigo en mi situación XD 

Salma Belle: ¡HOlA QUERIDA! jajajjasja morí, fueron como mil taldos en pocos segundos. *Paul* no, no, que le ocurre a mi cabeza *JOHN* *GEORGE* nono, *POLMA* tan sensual jajajaja y te entiendo tanto, porque es imposible decidirse por uno solamente. Llevan la rancha de perfeción por más de 50 años, así que es entendible jasjd. SOLA CON LOS GATOS, déjame decirte que es lo mejor :( y con un buen reproductor de música *0* mueran todos. ¡Un beso Salma! <3 gracias leerme :3

Vicki: ¿Cómo estai? Mujer, es que el Johnny sapbe, es un jotesin por naturaleza, y lo sabe el maldito. Hay que pegarle, sin cordura XD y a George, otro más, se pasa ese si... pero igual amamos a ambos, para qué estámos con cosas raras <3 son la perfección jajajja no me canso de decirlo. Sí, así me gusta, ellos son los únicos  a quien no odio :( jajajaj como es la vida :') ¡un beso Vicki! cuídate, espero te vaya bien con el Pol hermoso. <3 
Vicki & Zac x100 pre. MUAJAJAJA <3 B

Despeinada Unicornia: ¡HOLA! me alegro mucho que te haya gustado Unicornia! :3 jajaja ese John, prometo que es bueno, es un ángel por dentro XD las chicas lo acosan, eso es lo que ocurre (? jajajaj. En cierto, los hombres son inmaduros en si, y lamentablemente tengo antecedentes de que sea la edad que tengan, NO MADURAN, es decepcionante XD realmente... digamos que si eres Eleanor, soy Lovely Rita, pero con Lonely(? ya, que aburrida yo jajajaj. ¡Gracias a ti por comentar! he aquí otro capítulo, que espero que te agrade :3 ¡Abrazos aplastantes!, por cierto, ¿De donde eres? ¡besos!.

¡BESOS A TODAS LAS DEMÁS! LAS ADORO <3 <3 <3 

OH! CASI LO OLVIDO, FELICES PASCUAS ATRASADAS. <3 <3 XOXO