Hey there everyone! i'm back again. Hope you like this chapter girls, it's been dificult to write it cuz school and stuff, bloody hell, i need holidays. Anyway, hoping you're fine and having a wonderful weekend, here is new one from Alice, fuckin' lucky girl lol
Hope you like it and thanks for read! <3 <3 <3
12
Rabia, una sensación inmunda que
nos lleva al desalojo de la razón. Me inundaba, desgraciadamente. Golpeaba mi
guitarra tan fuerte que las cuerdas me tenían miedo. Odiaba a esta mujer. Alice
era la maldita culpable de todo lo que me ocurría. Alguna vez la llamé de una forma indebida en
mis pensamientos, y le pido perdón, pero la impotencia no me deja otra opción.
Llevaba más de tres días lloviendo en Londres. Me gustan los días
de lluvia de todas formas, simplemente porque te obligan a quedarte en casa y tomar
una hoja y un papel.
Llegamos a la primera
parada, el departamento de Paul.
Por alguna razón, no decidió quedarse en casa con los demás. Una
razón con cabello oscuro y manos delgadas claro, y una curva de cadera
pronunciada. Ahí fue cuando supe, que debía olvidarme de la muchacha, por
beneficio propio.
George era de corazón más simple y de ideas más humildes, no tenía
problema en compartir con su chica en la misma casa.
-La señorita Murray arribará en unos minutos más señor McCartney,
¿necesita algo más, llamamos a alguien del servicio para que venga?
-Me gustaría reservar mi privacidad Mark.
Un hombre ya había descendido del automóvil para sujetar un
paraguas para la salida oportuna de Paul.
-Estupendo, cualquier cosa o inconveniente nos contacta.
-Así será Mark, hasta luego colegas.
El joven bajó del automóvil a gran velocidad evitando la lluvia,
despidió al hombre del paraguas y se fue. Habían comenzado sus vacaciones.
Ringo me miró haciendo un gesto que no logré comprender.
- Tranquilo, no son novios oficialmente...
Susurró después de unos segundos.
-¿Y qué con eso?
Respondí desviando la mirada de las gotas de lluvia que azotaban
mi ventana.
-Si mis predicciones están en lo cierto, y mis conocimiento y
experiencia con el amor no me falla, podría interesarte y bastante.
-Rich, ¿alguna vez me has visto devastado por alguna persona en
particular? No pienses mucho, no analices lo que dije solo, dime.
-Justamente amigo, te lo digo porque así te veo.
Se produjo un silencio incomodo, jamás aceptaría que estaba en lo
cierto. Entonces cambié de tema abrupta mente hablando alguna tontería haciendo
a todos los presentes reír.
Que bien me enseñaron a hacer el tonto.
Llegamos a nuestro hogar. Solíamos compartir estadía cuando
estábamos libres. Era una
casona inmensa de todas formas, había días en donde
ni siquiera nos veíamos las caras, no
alcanzábamos.
Otros días de vacaciones, cuando todos coincidíamos en ponerse una
bata y tomar café, hartos de todo, estábamos juntos. Algunas veces bebíamos
hasta que nuestro sistema digestivo actuaba con su mecanismo de defensa,
expulsando... Bueno, relativamente todo, no entraré en detalles desagradables.
Este invierno fue diferente.
-0-
Las cosas estaban bastante ambiguas. Debía subir a un auto, luego
tomar la avioneta hacia Londres, con Amelie Beaumont de compañera. Ahí me
esperaría otro automóvil, separándome de la otra chica beatle y me llevarían
con Paul.
Bien, veamos si soy capaz de seguir el procedimiento.
-Señorita Murray, hemos llegado. ¿Necesita algo más?
-Gracias Mark, todo bien por el momento.
Me quedé un par de segundos más en el auto. Mark se volteó,
mirándome con duda.
-Mark, ¿Piensa que Paul es bueno? Es decir, ¿no estoy metiéndome
en ningún problema, verdad? No quiero pensar que estaré en la casa de un
asesino o un psicópata, algo por el estilo.
-Señorita Murray, el señor McCartney es un hombre de bien. Algunas
veces un poco alocado y llevado de sus ideas, por supuesto, pero como cualquier
persona con poder.
Me quedé pensativa un segundo más y luego agradecí al chofer. Reí para mis adentros por el disparate
que dije.
Bajé del auto y subí el ascensor, después de hacer algunos otros
papeleos para que me dejaran ingresar finalmente. Estos famosos tienen la
seguridad de las seguridades, casi tanto como en prisión. Toque el timbre, un
escalofrío recorrió mi espalda.
-Al fin llegaste, llegué a creer que tendría que botar todo esto-
Un guapo hombre abrió la puerta de par en par con una sonrisa encantadora.
Una habitación preciosa, bastante
suntuosa, se encontraba frente a mis ojos. Los muebles tenían estilo
geométrico, casi la mayoría. Los colores de estos eran brillantes, y bastante
psicodélicos. Todo lucía tan limpio y perfecto, calculadoramente.
Entonces me despabilé, y respondí
a su sonrisa. Me indicó que cruzara la puerta del departamento.
La mesa estaba servida
minuciosamente con pasteles de todo tipo. Pequeños, grandes, con crema, de
colores y otras variables. Las tazas de té servidas perfectamente, una loza muy
fina, debo recalcar. Un recipiente con azúcar, de estos destellantes, con
cristales incrustados. Me sentí abruptamente alagada, "Dios no merezco esto, juro
que no lo merezco".
-¿Qué ocurre?- Inquirió con una
sonrisa, un tanto incomoda. Al parecer esperaba otra reacción de mi parte. Yo
observaba aún estupefacta. -¿No te gustan los pasteles? Ay no…- Tomó un par de
platos algo afligido –Sabía que no debía comprar los con crema, lo siento…-
-¡Paul, Paul!, está bien, es
perfecto…- Se detuvo en seco con ambas manos ocupadas por los platos que
pensaba retirar. –Es perfecto… es decir, me gustan mucho los pasteles.
-Te… ¿te gustan?- Tartamudeó –No,
no los hice yo si es lo que estás pensando, pero compré los que creí que te
gustarían, pero bueno, no sabía cuál te gustaban así que los compré… todos.
Caminé unos pasos alrededor de la mesa con una media
sonrisa. El joven me miraba atento a mi movida.
-¿Y esto es por mí?
-¿Es broma? Por supuesto que es
por ti. Solo quiero que te sientas cómoda…- Dijo calmando su expresión nerviosa
débilmente.
Estaba en un serio problema. “¿No
pensaste en aquello, verdad Alice?” como rayos le esconderé a Paul lo que
ocurre, como hacerle entender que los ruidos extraños que escuchará después de
la cena de cada noche no son provenientes del baño, ni de mi garganta. No podía
comerlos, no puedo hacerlo.
-Paul, eres muy dulce… no, no era
necesario hacer esto-
-Lo era pequeña, todo eso y más.
Se acercó dulcemente y besó mis
labios.
Procedimos a sentarnos a la mesa.
Era una real tortura, sin embargo, la cara de Paul al ver que no salté de
alegría como cualquier otra persona, me hirió, y no quiero eso realmente. Así
que simplemente comí los que pude, y bebí el té ingles justo a la hora.
-Tengo una habitación para ti,
¿Quieres verla? No acepto un no como respuesta, estuve toda la tarde ordenando
para ti…- Terminó de decir el joven al beber el último sorbo de su té.
-Vamos a verla entonces.
Tomó mi maleta y la llevó hasta
una habitación. Entonces yo, ágilmente como la vida me había enseñado en todos
estos años, entré al baño cuidadosamente. Me percaté de antes prender la
televisión a un volumen prudente para no aterrorizar a McCartney.
Realicé mi rutina, la misma vieja y estúpida
que llevaba siguiendo, tristemente, durante casi ya dos años completos. “En
cualquier momento, sé que en uno de estos días, caeré sobre mis rodillas como
de costumbre, pero esta vez ya no me levantaré jamás, mi tráquea se consumirá
por si misma y yo… simplemente no sabré lo que ocurrió”
Gritó algo desde adentro como un
“ya, está listo” o algo así, no alcancé a escuchar realmente. Seguí la luz proveniente de la
habitación y me aproximé.
Una cama de dos plazas en una habitación
decorada con la misma temática anterior. Debo aceptar que por un instante, por
mi cabeza pasó la remota idea que dormiríamos juntos. No fue con segundas
intenciones, si es lo que piensas.
Hice una expresión de asombro, el joven sonrió satisfecho.
-Paul, que amable ¿Seguro que es necesario? Es decir, puedo llamar
a un hotel, o algo por el estilo... Enserio no quiero que te preocupes.
El chico me interrumpió.
-Ya, ya mujer, deja esas lamentaciones para otro momento. Tú eres
mi invitada especial, no vienes sola, yo me encargo de todo.
Sonreí y me senté a los pies de la cama. Paul relamió sus labios y
salió de la habitación, con una idea expresada en sus ojos. Llegó a mi lado con
una guitarra entre sus manos.
-¿Sabes tocar cariño?
Solté una risa.
-Eso cuenta como un no supongo- Respondió devolviendo mi risa
acomplejada. Comenzó a tocar diferentes acordes, fascinándome. Pudieron ser
minutos, u horas supongo. No recuerdo, el tiempo transcurrió rápidamente.
Afuera helaba, pero la habitación era tan reconfortante junto a la melodía
suave y la grata compañía. Un hombre correcto, conspicuo y talentoso.
-0-
Alice dormía plácidamente aún, recostada en mi cama. La noche
anterior, digamos que no fue necesario ocupar la habitación de huéspedes,
solamente eso.
Desperté amarrado a su cintura.
Las vacaciones, sin embargo, no significaban dejar de trabajar en
lo que debíamos... Terminar el álbum.
Deposité un beso sobre su cabeza y observé su espalda delicada y
desnuda. Dejé una nota al costado de la almohada. "El deber me llama
cariño, voy con los chicos al estudio. La calle Abbey Road es el punto de
referencia, si es que me necesitas estaré allí. Pd: No me aguanté y te robé un
beso antes de salir. Paul."
Trabajamos tan duro esa tarde, a pesar de las diferencias que
habíamos tenido con Lennon. Esto no significó el fin de aquello. Cada vez que
nos encontrábamos casualmente, saltaban chispas desde sus ojos.
-¡Paren!
Nadie escuchó el reclamo de John.
-¡Ya, detengan todo!
-¿Qué ocurre ahora?- Respondió George Martin molesto desde afuera
de la cabina.
-El bajo no está sonando bien Paul. Debes coordinarte con el riff.
Ticket to Ride desde el comienzo.
Ringo aceptó el reclamo y comenzó desde el principio. Harrison
trabajando con el riff, John la guitarra... ¿y yo? Yo no hacía nada. No estaba
de ánimos para que alguien interrumpiese mi trabajo, estupendo, trabajo. Nada
erróneo en absoluto.
-¡Paren, paren todo! ¿Qué rayos te ocurre?
Me lanzó la mirada a mí esta vez. Miré hacia arriba y tomé un
respiro.
-Necesito cinco minutos.
Salí del estudio, dejando a todos con expresión tragedia. Caminé
por el largo pasillo que llevaba afuera, resoplando: "Paul, estás mal con
el bajo, pff, vete al carajo, al menos yo..."
Choqué fuertemente el brazo de una persona que caminaba en
dirección contraria. Hice un pequeño sonido en forma de quejido. Justo en el
codo, duele bastante.
-¡Lo siento!
Una aguda voz francesa. Amelie fue la desafortunada en recibir mi
golpe. Acariciaba rápidamente su brazo, para calmar las contracciones que
producían el dolor.
-¡Amelie, lo siento mucho!
Tome su brazo e imité sus movimientos, tratando de sanar su dolor.
“Dicen que al hacer esto expulsas una hormona que inhibe el dolor, pero...”
La chica interrumpió mis pensamientos y rio al ver mi reacción.
-Ya, está bien- Decía entre risas. Respondí a aquellas, sin querer
aplicando un color rojizo a mis mejillas. Hicimos un extraño contacto visual
por unos segundos, hasta que ella desvió mi mirada. -Parece que no tienes un
buen día, ¿verdad?
Hice un gesto de lamento. -Estás en lo cierto, ha sido un día estresante-
Tomé asiento en el piso, ella se apoyó a mi lado.
La chica acaricio mi hombro dando unas palmaditas.
-Pronto se arreglaran las cosas, ya verás. Además sonabas
excelente, son solo ocurrencias de Lennon.
Sonreímos por unos segundos. ¿Por qué nunca había visto a Amelie
de cerca? Simplemente no había tenido la oportunidad. Sus facciones eran
encantadoras. Al descubrirme pensando esto, mi estómago dio un vuelco
agradable. Simplemente nos sonreíamos.
Si Alice, no hubiese llegado a mí completamente drogada esa noche
en Nueva York, si Beaumont hubiese escuchado mis disculpas luego de tirar su
trago de vodka sobre esplendorosa blusa y aceptado mi invitación, si George no
fuese mi hermano menor, quizás… entonces quizás las cosas serían diferentes,
muy diferentes.
-Paul...- John llegó al lugar repentinamente. Conozco esa
expresión... John me conocía lo suficiente para saber lo que pensaba, hacia, o
planeaba hacer.
-Ten cuidado McCartney, porque por George respondemos todos...-
Terminó de susurrar al pasar por mi lado.
Lo miré despectivo, sin embargo la situación no afectó mi
desempeño. A quien engaño, lo hice terrible. No soportaba estar mal con John.
Terminando la sesión, subí a mi automóvil sin despedirme del
susodicho. El orgullo era un maldito problema para mí, pero también lo era de
mi joven compañero de fiestas, escapadas, risas y malditos sueños cumplidos.
Subí el ascensor y luego abrí la puerta del departamento.
-¡Alice, llegué!
Grité al cerrar la puerta principal. Nadie respondió, debía estar
durmiendo. Con lo agotada que siempre está, no me parecería extraño. Caminé un
par de pasos y me asomé a su habitación. Me encontré con un bulto tapado hasta
el cuello dentro de la cama, en el cual únicamente podías distinguir un monto
de cabello desordenado, difuminado por la oscuridad de la habitación.
-Aw, es una ternura- Exclamé al escuchar unos suaves ronquidos.
Entonces me acerqué y me senté al lado del cuerpo, acariciando el cabello.
Esperen... Algo anda mal aquí.
Ambos pegamos un grito cuando nos miramos directo. Me levanté
rápidamente, aterrorizado, casi tropezando.
-¿¡Qué mierda!?
Un chico de cabello largo, casi melena, estaba acostado en la cama
de la joven con el pecho descubierto. Asustado, el joven se levantó
rápidamente, tapándose la ropa interior con las sábanas de brillantes colores.
Entonces Alice sale del baño junto a otra chica de cabello rubio,
riendo naturalmente, mientras fumaban un porro.
-¡Tony! Te dije que te levantaras inmediatamente si no querías que
te mandara directo a casa.
-Alice…- respondí mirando a Alice confundido.
¿Tony?... ¡Claro, Tony! ¿Qué mierda hacia aquí?
-Es, bueno es una larga historia- Respondió la muchacha de
cabellos oscuros con una media sonrisa. Alice era tan extraña algunas veces,
pero me aventé a aceptar cualquier cosa, cualquier cosa que viniese de ella.
-0-
Con mis armas secretas estaba
segura. Estas dos almas jóvenes eran mi fuente de energía, y es que dicen que
los amigos son fundamentales en la vida de cualquier persona. Todo el mundo
necesita al menos, un amigo. Tony y Rachel volvían a las pistas junto a mí.
Rachel molesta, y después de una
botella de ron cubano y unos cuantos puros jamaiquinos que Paul tenía de
reserva, aceptó finalmente que me quedara al menos una semana junto a
McCartney. Sería de pésima educación irme el primer día de llegada, luego de su
honorable introducción a lo que mi estadía en Londres sería, se comportaba como
un caballero de primera.
Ya nos encontrábamos en pie todos
los asistentes a la recepción de mis tranquilos y benévolos amigos. Nadie
quería cocinar así que simplemente desayunamos té y pasteles de la noche
anterior, la crema tenía ya un sabor extraño, un poco agrio. “Genial, ya tengo
la primera excusa del día lista”.
-Tranquilo Tony, estarás bien.
Londres es bastante caluroso en verano de todas formas, bueno, de vez en
cuando. Pero te puedo prestar un abrigo, no lo sé…- La chica Rachel interrumpió
a Paulie.
-Descuida Paul, Tony solo está
jugando, siempre tiene frio, es algo natural ¿verdad Alicia?
Estaba en otro mundo realmente.
El café no logró despertarme del todo. Pero lamentablemente, otra cosa bastante
desgraciada logró hacerlo. Logró remecer mi corazón en menos de un segundo y
estabilizarlo abruptamente, dejando un montón de revoltijos en mi estómago, un
nudo asfixiante. “Nunca más pasteles
Alice, nunca más…”
-Buenos días.
La puerta abriéndose de par en
par, los tres chicos ingresando por el salón… su voz áspera, pero suave, tan
suave que era vomitiva. Rogaba a dios que me perdonara, enserio, y que le diera
a Paul también una cucharada de su misericordia. Lennon y sus gafas se posaron
sobre mí. Me aguanté un escalofrió.
Rachel apretó mi mano fuertemente
bajo el mantel. Claro, se me había olvidado por completo esa desagradable
escena, mi mejor amiga acababa de recordarme como comenzaron las cosas
realmente con él. Entonces me armé de orgullo, y traté de desaparecer ese
ridículo sentimiento.
Todos se conocían las caras, de
una u otra forma. De parranda, o en algún hotel luego de la fiesta…
-Vinimos a compartir el desayuno
contigo Paul, ya que no nos visitas jamás- Dijo Ringo depositando unas bolsas
sobre la mesa. Me dirigió una amable sonrisa, haciendo que sonriera a su
comentario. Este chico era el beatle más “normal” y simpático que conocí, el
único que no andaba con embrollos.
-Pues a mí no me molesta que
vengan, a los chicos tampoco, ¿verdad?
Cruzamos miradas, una, dos, tres
veces. Quería esconderme, quería huir de ese ser tan opaco en frente mis ojos.
John tenía una cualidad excéntrica, el sentido de su mirada era tan fuerte.
Quería pertenecerle, solamente al mirar su ojos sentenciaba ese sentimiento en
mí.
Maldito John, maldito y estúpido John.
¿A quién le gustó el gift de Paul allí arriba? es tan sexy este hombre, ¿Por qué nos hace esto? que gana con hacernos sufrir así. Cuando vi el video quede así *0* y dije, esto debe ser un gift <3
Ojala les haya gustado el capítulo.
Salma belle: Tienes razón mujer, ellos 2 son unos orgullosos :( jajaja pero ya aprenden, lo prometo. Y Ringo! tengo mucho, mucho material de Ringo, ni te imaginas las cosas que le ocurrirán! ya verás pronto, así que no te despegues de nuestra sintonía jajshaaj Gracias por comentar como siempre <3 me animan tus comentarios. Besos y abrazos! y sube pronto tu también querida!
Danitza: Ojala que hayas tenido un cumple filete <3 salí yo salí yo salí yo :3 y ya van tomando rumbo las cosas aquí, sabes a que me refiero. Paul, George, Amelie? mmm, sospechoso. Yo le amooooo! <3
Lucy Lsd: ¡Una pelea de enamorados! John y Paul se aman, yo lo sé. Y no te preocupes que aquí también lo hacen, pero son tontos :( Que bueno que te haya gustado el cap, y gracias por comentar como siempre <3 Y si quieres protestaré en el concierto de Paul, iré con un cartelito que diga, ESPAÑA WANTS YOU PAUL! y grito como loca, verás que sí va :3 jajaja y si lo hace, me convidas un poco de ese LSD que tanto hablas *0*. Besos y abrazos! <3
Ximm: ¡Muchas gracias! enserio, significa mucho, ya que justamente es lo que trato de hacer al escribir, y si te pasó, es magnífico. Gracias, gracias <3 y aquí va otro capitulo. Espero verte seguido por aquí! tu trabajo también es estupendo. Bienvenida entonces :3 un beso!
Cami: Que bueno que te haya gustado! :3 La verdad es que sí, de echo ya estoy preparando los pañuelos desechables, y alguna sustancia refrescante para después, porque gritaré como enferma. Seguro lo verás entonces! porque es obvio que irá por allá. Un beso! y gracias por leer :3
Juanuco: Gracias por leer, ¡eres el mejor! y el primero que aprueba todo esto jajaja lo sabes <3 y por comentar mis cosas jajaj que lindo! te amo <3
Ya, terminé los saludiños. Creo, tengo una leve sospecha que hay alguien de Alemania leyendo, porque siempre visitan de ahí, y es sospechoso. Si es así, un saludo para ti anónimo de Alemania <3 jajajaj
¡Las Adoro!, gracias por leer. <3