The beatles

The beatles

Cuéntame sobre la historia...

Alice vive en el país de las maravillas, sí, justamente en aquel donde ocurren cosas increíbles. ¿Qué fue lo entretenido de vivir en los 60's? ¿Fue el Rock & Roll, o el LSD? Esta es la pregunta que se realiza la protagonista, y que pretende hacernos conocer. Una chica Neoyorquina, algo problemática, tiene suerte, mucha suerte. Estuvo en el bar indicado, con las personas indicadas. Y esa misma noche conoce a quien no dejará de conocer jamás, un revolucionario enjaulado, Lennon. ¿El sarcasmo de Lennon y el ácido de Alice lograrán mezclarse algún día? Preguntemos a Sadie.

domingo, 2 de marzo de 2014

Capitulo 9 - *Don't Let Me Down*

Hola queridas lectoras! ¿como están? yo aquí un poco triste por que mañana entro a clases, es tan agotador, pero bueno, dicen que hay que empezar el año escolar bien. 

Hice algunas cosas en la página, digamos que la "amononé", ojala les guste <3 encontraba que estaba como aburrido, pocos colores, estuve un buen rato jugando con las herramientas y este fue el resultado. xd
 Generalmente estos personajes andan al rededor de cosas alucinógenas o algo por el estilo, por eso tanta cosa de ese tipo :3 Además que soy una amante de la época Beatle Psicodelica, y quiero ir mostrando eso de a poco en la historia, esa etapa tan linda. El cap es algo cortito, es que hoy será algo particularmente John/Sadie, no podía poner mas por que se perdería la idea. Si les gusta prometo subir, tengo escritas varias cosas mas <3 las quiero y gracias como siempre! <3 son un amor! 






9


Mi cabello lucía desordenado. Los trazos mas largos estaban enredados asquerosamente, siempre odié peinarme, mamá se ocupaba de aquello. No quedaba mucho para que amaneciera y yo yacía en mi habitación, oscura y sombría. La luz que proyectaba    el ventanal tenía un maldito toque melancólico. Empecé a experimentar la nostalgia, a recordar olvidos y a sentir energías ya inertes. Suelo ser muy susceptible todo el tiempo. Maldita sea, aquí vamos de nuevo.

 Siempre supe que el amor es para estúpidos, y solo los débiles se enamoran. Yo jamás caería en esa estupidez, en ese mundo de cursilerías ridículas, una chica como yo no cabía en ese lugar, era muy gruesa para ese puesto.

Unos horribles cuadros colgaban al fondo de la habitación, retratos de personas, que disgusto quería hierba, necesitaba un poco para relajarme. Abrí una botella de vodka canadiense que mantenía en mi armario y bebí de esta. Dulce ardor algún día moriría de cirrosis seguramente. Entonces me harté de parecer una borracha devastada, y decidí no seguir con eso. Me vestí, puse mis braseros en su lugar, una falda holgada y algo corta. Con el abrigo de McCartney encima salí a la calle. Olía increíblemente bien igual que él, con todo ese dinero debe comprar un elixir.

Un grupo de Mods borrachos encima de sus lujosos scooters discutían en una esquina. Alcancé a escuchar algo de un pedido que no entregaron, y la policía llegaría luego por ellos. Estúpidos.

El amanecer en una ciudad de este estilo era una especie de bohemia exquisita, la bella ciudad del amor que ridículo. Entonces, en medio de mi apreciación sobre París, un joven, perteneciente a los Mods se acerca a mí hablando unas palabras en su dialecto que no entendí.
Al principio lo ignoré, pero al parecer era importante, pues insistía.

-No hablo francés, lo siento- El hombre comenzaba a ponerme nerviosa, pues me miraba insistente. Señalaba una bolsa, luego con el dedo indicaba una calle próxima ¿luego conducía? Que rayos, con esas mímicas no entendería nunca.

Cabe decir que terminé con la bolsa en las manos, la cual aventó encima de mí, mientras corría hacia la calle nombrada. Dos autos policiales doblaron en aquella dirección atrás del joven Mod.
Al principio solo solté la bolsa cayendo esta al piso. Luego pensé… si la policía lo buscaba, debía ser algo alucinante.

No suelo tomar la droga de los demás, Nueva York de pequeña me enseñó que era de mala educación, así que digamos que hice un pequeño préstamo. Caminé unas cuadras más para no ser descubierta, y me escondí en uno de los tantos puentes de la ciudad. Abrí la bolsa como un niño quien no quiere ser descubierto con dulces. ¡Anfetaminas!

Tenía una mina de oro en mis manos. Otra de las cosas que me enseñó Nueva York, es que esas cosas ayudaban a gente como yo significativamente. La última vez alcancé tres días sin ingerir una sola caloría. Esos Mods sabían sobre la vida.

Muchos recuerdos vinieron a mí al consumir la pequeña piedrecilla. Imágenes de Nueva York, días completos sin dormir, noches que parecían días. ¿Qué ocurría con mis amigos por allá? Seguramente yacían en el apartamento de algún desconocido bebiendo hasta borrarse. Extrañaba un poco mi vida, los lujos estaban bien, McCartney estaba bien pero a quién engaño, yo no sirvo para estas ridiculeces. La gente bonita debería estar al lado de hombres como él.

Mi pulso comenzó a acelerarse, mis manos a sudar un poco, me sentía fuerte. Caminé y caminé a dios sabe dónde. En mi soledad me encuentro a mí misma. El viento golpeaba mi cara, cortándola en finos fragmentos.
El sol sobre mis ojos, los días junto a mis padres, ambos felices. Desayunos en la cama por la mañana en los domingos, olor a tostadas, tocino.

El infeliz se marchó un día viernes. Nueva Jersey era frío antes de navidad, así que salió a buscar leña para la chimenea. Cuando se fue nos dejó a mí a mi madre sin nada entre las manos, sin ninguna explicación ni pretextos. La pobre se marchó también, no quería un mundo cruel al lado de una joven de dieciocho años tendría muchas responsabilidades. Se ahorcó en el patio de atrás por la mañana. ¿Irónico no? Siempre pensé que yo me iría primero de este mundo.

No la vi alimentarse bien en años. Me convenció de que papá nos había dejado por su peso, por su apariencia, y buscó una mujer joven.

Antes que se fuera, le prometí que dejaría de comer hasta lucir en los huesos, y sería hermosa solo por ella no fui muy convincente.

Cabe mencionar que traté también con decirle cuanto la amaba, cada día busqué alguna forma de retenerla, pero no fui lo suficientemente importante después de todo. La locura se apoderó de su cabeza, su alma.

Cuando estás sola, aprendes muchas cosas. Por ejemplo que la gente miente la mayoría de las veces, también aprendí que nada es duradero. La gente va y viene, siempre estamos solos.

Yo estaba sola, en una calle de París y me había perdido. Me acomodé en el borde de una acera y prendí un cigarrillo, si la vida te da limones has limonada, estaba saliendo adelante por una vez en mi vida. Debía sentar cabeza y luego.

-0-

En el respaldo de mí cama apoyaba mis brazos. El aire fresco de la mañana entraba por la ventana, el sol a medio trabajar me parece tan digno, puro. A veces no era suficiente una escena simple para calmar los dolores matutinos, los pensamientos rebuscados entre la basura.

Mimi, ¿Cómo estará? Me pregunté. Ayer iba a llamarla pero el trabajo como siempre- no me dejó. ¿Cómo estará Julia?

Algunas veces me preguntaba si la trataban bien allá arriba. Si le dan su té justo a las cinco como solía beberlo, o si es que juega cartas con los demás. Nunca una mujer había dejado un vacío en mí quien no fuese Julia. La necesitaba algunas veces, por las noches cuando no podía dormir.

También la necesitaba en el escenario, cuando las bestias venían hacia mí, acechando. La necesité toda una vida, para que luego me la arrancaran.
Estaba solo, todos lo estábamos. Nadie podría cambiar eso, una coraza me abrazaba fuerte, indestructible. 

Un dolor profundo retumbó en mi pecho me prometí no llorar, prometiste no llorar Lennon.
Cuando estos pensamientos venían a mí de repente, me preguntaba si el amor era una especie de curación. Si quizás mediante el amor, podría salvar lo poco y nada que quedaba de mí, antes de convertirme en una roca sin emociones.

“¿Qué estará haciendo Sadie en este momento?. Me levanté de la cama, me vestí con la ropa de la noche anterior y salí hacia su habitación. Golpee la puerta una, dos y tres veces. También llamé por su nombre. Nadie abrió.

Me senté afuera de esta apoyando mi cabeza hacia atrás. ¿Quién era Sadie realmente?



-0-
Un cosquilleo molestaba mi mejilla levemente. Aún con los ojos cerrados me pregunté qué es lo que era. Un mosquito revoloteaba mi cara y mi cabello. No vivió para contarlo.

El pasto verde acariciaba mis brazos y piernas, recostada en este lugar parecía una indigente, al parecer en París no se acostumbraba a esto, menos de una señorita. No tenía ni puta idea de donde estaba.
El efecto post-anfetamina me había agotado. Seguramente de esa forma llegué hasta este lugar, estupendo. 

Mis ojos se cruzaron fugazmente con un hombre de ropas haraposas, su cabello lucia aplastado, tal como el pelaje de un perro mojado. Se acercó a mí mientras me ponía de pie dificultosa.

Me lanzó unos insultos supuse, como ya mencioné el francés no se me da. Me echó de el lugar haciendo gestos con las manos. Un poco asustada me salí rápidamente del pasto.

-¡Qué le pasa! Ya está, ya me voy, seguramente esto le pertenece...- Difícilmente me entendió.

-¿La están molestando Madame?- Un típico policía francés se acercaba. ¿Me hablaba a mí? Indiqué mi pecho con mi dedo índice con cara de tonta.

-Oh, no, no se preocupe... Solo defendía su terreno al parecer- Sonreí para parecer tranquila. Arreglé mi abrigo, y como si una maldición cayera a mí, la bolsa en el piso. Lo peor aún no acaba, el contenido se había desparramado por el suelo. ¡Maldición!

-¿Necesita ayuda, toma algún medicamento?- Se acercó con afán de recoger los caramelos. Un escalofrío recorrió mi espalda. "Ahora si la he jodido".

-No, no se preocupe yo...- Ya era demasiado tarde, me habían descubierto -Puedo explicarlo, vea yo sufro de una enfermedad y necesito...-

En un par de minutos me encontraba en la comisaría más central de París. A pesar de todo sonreía, es que afuera el sol brillaba de una manera deslumbrante, y los inviernos soleados eran una debilidad de donde vengo.

Unos muebles viejos, una luz tenue, todo lucía viejo y empolvado. Dos orangutanes se encontraban a mi lado, en un tiempo mas tendría que dar declaraciones y todo el maldito y aburrido asunto.

-¿Puedo llamar a alguien?-

-¿Pardon?- Respondió el comisario, con voz arrogante.

-Hacer una llamada- Hice una mímica -¡Maldición! ocupar el teléfono, que si puedo ocupar el teléfono...-

-Solo tiene una llamada- Me llevaron hasta el teléfono, era de color negro brillante. ¿A quién puedo llamar? Paul me matará...

-Hola, habla Alice Murray, estoy en la habitación 607, ¿podría comunicarme con la 609, por favor?- Una voz femenina me contestó del otro lado.

-Claro señorita, verificaremos su estadía y la comunicaremos de inmediato- Esperé unos segundos. Le dirigí un guiño al policía, esperando que quebrara un poco su expresión. Fue en vano, franceses amargados.

-¿Hola, Alice?- Sonó una voz conocida a través del auricular.

-¡Ringo!, ¿está John por ahí?-

-Está en el baño...- Se escucharon unas risas por detrás.

-¿Quién rayos me molesta ahora? ¿Aló?- 

-¿Lennon? John, me metí en un asunto algo complicado...-

-¿Qué? ¿Sadie eres tú?-

- Sí, imbécil. Escúchame, estoy en la comisaría central de París, no tengo ni puta idea de donde queda, no te puedo dar mas indicaciones, Mark sabrá hacer su trabajo-

-¿Qué? Espera, ¿y la palabra mágica?-

-Por favor, ayúdame- Dije casi en un susurro. Me cargaba pedir cosas a las personas. Suelo ser muy orgullosa. Pero estos eran casos mayores.

-Está bien. ¿Por qué no llamaste a tu novio mejor? Me está mirando con cara de estúpido en este momento...-

-¡No le digas nada a Paul, se enojará!-

-¡Lo ves! Hasta tú lo aceptas ahora...-

-Eres malditamente inmaduro, solo ven y rápido- Colgué antes de que se me agotara la paciencia. Sé que es un poco desatinado, pero hice el intento por que me dieran una píldora, para ¿relajarme? Como sea. No lo hicieron y pensaron que tenía algún grado de adicción. Nada podía ir peor. El tiempo transcurría lento en ese lugar.

-Nos vamos- Llegó el Sr. Lennon con sus famosos anteojos y una boina en su cabello, su flequillo perfecto. Suspiré para mis adentros al verlo.

-¿Qué, no dijeron nada más?- Me levanté del polvoriento asiento.

-Escucha, si no mueves tu trasero fuera de aquí  en dos segundos puede que se arrepientan, y no quiero pensar que gasté mal mi dinero esta mañana-

Asentí rápidamente y caminamos hacia la salida. Volví a guiñarle el ojo al policía, quién ahora me sonrió. El dinero mueve al mundo señores.

Lennon se acercó a un clásico de motocicleta. Me aventó un casco, apoyando su cuerpo en el asiento de esta. Conocía esa expresión.

-¿Acaso nunca has visto una, o ahora dirás que te asusta Sadie?- Le devolví esa coqueta sonrisa y tomé asiento en el puesto delantero.

-Haremos las cosas a mi modo Johnny, tú serás la nena hoy- Hizo un gesto de aceptación y se sentó detrás mío. Pasó sus brazos por mis caderas, abrazándome. Sentirlo tan cerca, era, inexplicable. Cabe decir que tenía cierta experiencia en motocicletas, era una amante de ellas.

-Si vamos a hacerlo, debe ser como en las películas ¿no?- Lo miré hacía atrás. Tenía su cabeza apoyada en mi hombro. Reímos cómplices.

El sol brillaba en nuestras jóvenes cabezas, una música inaudible rondaba en mí. Dicen que cuando eres realmente feliz, sientes mariposas en el pecho. ¿Por qué las sentía en el estomago también?

El cielo azul era complementario. Los secretos de París se enfrentaban a nosotros. Nos detuvimos en un semáforo.

-Sadie, ¿adonde me llevas?-

-A ninguna parte John, a ninguna parte- Aceleré el motor. John se aferró un poco mas a mí. Cuando eres libre, sientes que tu alma se llena de buenos sentimientos. Volábamos en una especie de manta, cuando logras sentir que tu espíritu habla por si solo, y que tus células brincan en lo profundo. Su sonrisa se traspasaba a través de mi cráneo, su energía era aflorante.

La velocidad lograba que la sensación de adrenalina se hiciera presente. Comenzamos a alejarnos de la ciudad, subimos por una carretera adversa.

-¿Ya subimos lo suficiente, no crees?- Me estacioné en una ladera. Hacia la orilla se lograba ver a la altura de donde nos encontrábamos. Bajamos del vehículo.
Caminamos, sin decir ninguna palabra. El chico se sentó sobre una roca que daba hacia el barranco.

-Hace mucho tiempo no me sentía así...- Al decir esto prendió un cigarrillo, me ofreció uno. -Es decir, ya no soy libre-

-Debe ser difícil...- Me senté a su lado.

-Lo es. Aveces mandaría todo por el drenaje Alice, todo. La fama, los beatles, el dinero, las chicas...- hizo una pausa y rió- Las chicas.

-Esa parte no te la creo- Devolví su sonrisa.

-¿Por qué no Sadie, acaso soy muy guapo para dejarlo?- me echó su típica mirada- Es cierto, el sexo esta bien pero... Aveces uno necesita más que eso-

-¿Me estás diciendo que quieres enamorarte?-

-¿Por qué no? Seríamos una linda familia- Reí ante su comentario.

-Claro, nuestros hijos serían unos enfermos mentales...-

-Que chistosa, habla por ti... Tu no me has encontrado en el baño desperdiciando el desayuno...- Mi expresión cambió a seria, tocó un punto que no debió. -Creo que, fue desatinado, perdón-

-No te preocupes, ya me estoy acostumbrando a ti-

Un silencio inundo nuestras bocas.

-Eres muy bella Alice, no entiendo, de verdad-

-Es mejor así, no me gusta cuando las personas preguntan lo que no entienden...-

-Podría entenderte. Sabes, no soy tan imbécil como todos piensan-

-Cállate un rato Lennon- Dije riendo y golpeando su hombro.

Nos recostamos en la roca, cada uno hundido en sus  propios pensamientos. Mi cabeza rozaba la suya, estábamos en dirección contraria recostados.

-Sadie...- Se volteó hacia mí con su nariz afilada -No lo hagas más, por favor-

Sonreí, me causo cierta ternura. Y solo por el hecho de que nadie me lo había pedido explicitamente alguna vez. Cuando nadie se preocupa de tus asuntos, se vuelve algo que puedes aceptar.

-Y tu no me llames más Sadie, es denigrante ¿sabes? Que te recuerden todo el tiempo lo triste que eres-

-¿Eres triste en este momento?-

Negué con la cabeza sonriendo, mirándolo de reojo.

-Sadie... ¿Te parezco un tonto?-

-Ojala que dios me perdone pero... No John, de echo, eres muy inteligente-

-No me refería a eso, hablaba mas bien... Uff, bien, ahora sí. ¿Te agrado?-

-Hay diferentes sentidos en los que puedes agradarme, no te diré en cual lo haces-

-Bien... Yo tampoco- John sonrió y se levantó de la roca.-Ya llevo mucho fuera de la jungla, espero me perdone damisela-

-No vuelvas a hablarme así en tu vida por que vomitaré-

-¿No necesitas comer primero entonces?- Volví a golpear su hombro, pero esta vez mas intenso. Subió esta vez en el asiento delantero y me posicione en su trasera. -Puedes abrazarme también, no te preocupes- Yo ya estaba amarrada a su espalda.

Estábamos apunto de separarnos de habitación, pero John rompió el esquema.

-Hoy día, estaré libre a la noche...- Sonaba levemente nervioso, si no lo conociera no lo hubiese notado -¿Te gustaría ir a cenar conmigo?

-Es que, estoy un poco enferma del estomago y...-


-Está bien, no te preocupes- Sonrió y cerró la puerta tras su espalda. Que tonta.





¡Ya bellas! quería subir antes de ir a dormir, mañana será un laaaargo dia para mi :( pero me hace feliz leer sus comentarios, y ver que mi escape de la realidad es leído por chicas como ustedes <3 Que lindas, yo tampoco tengo un beatle favorito. Sí, acepto que estoy UN POQUITO obsesionada con Lennon, tengo un pequeño problemita :c jajajja pero The Beatles, es The Beatles, y cada uno de ellos pone un pedazo para ser la mejor banda de la historia! no? igual que ustedes de este fic, aww <3 jajajaja no, de verdad. 

Gracias por leerme <3 un beso y un abrazo! y un saludito a lucy harrison que se unió hace poquito! jiji bienvenida, y a todas las demás por supuesto :3 las quiero! gracias por comentar. <3



3 comentarios:

  1. Oye no me mandaste saludos :c jajajaja Je t' deteste :c Y TAMPOCO SALÍ YO! :c jajajaja aay que buena que te salió, yo me moría mientras leía, Lennon qliao lindo xddd SÍGUELA CSM! AHORAAAAAAAAAAAAAA! XD JE T' AIMEEEEEEEEEEEEEEEE <3

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  2. Cata-belle! Ay, qué lindo capítulo igual dejaste.

    Paul desgraciado hermoso McCartney. Ah, John es un amor (???) sí, sí lo es... Pero no es mi chico, so... PAAAAAAAAAUL! Jajajaja, ¿obsesión? Yo le diría amor, aunque obsesión está un poco llevado de la mano con ese sentimiento, no sé... Amor es más bonito, <3

    Me encantó el capítulo, y como modificaste el blog... ¡Sube pronto! Sé que la escuela no impedirá que subas seguido.

    Cuídate.
    <3 besos y abrazos <3

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  3. Holaa amada Cata ^^ Lucy in the sky comentando :3
    n_n Salma me va a pegar coon un pulpo amarillo pero Polma es adjksdjk jajaj me he quedado como 20min mirando la foto de la cabezera.. AMOO REVOLVER :)

    Aww te diste cuenta de Taxman es una de las canciones más ajksjdks de Georgie ^^

    Y si te entiendo... llamémoslo amor obsesivo?? Sii e__e ¿por qué no?

    Es que Johnny boy provoca eso en lass escritoras de fics de The Beatles n_n

    EL BLOG TE HA QUEDADO P-R-E-C-I-O-S-O *-* I love it <3

    El capítulo como siempre fabuloso:3 y ... AHH QUÉ BIEN A TI TAMBIÉN TE GUSTA THOMAS ... hace de Paul muy bien... aunque no se parezca jajaj e.e

    Bueno amada mia gracias por comentar mi fic y ... no eres la única atontadilla jajjaa me ha costado comprender como seguir tu fic xD *retraso mental everywhere xD*

    Un beso y un abrazoo
    Con amor (y LSD:3) Lucy in the sky :D

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