Capitulo 3 - *I Saw Her Standing There*

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-One, two, three, four!- El conteo de Paul resonó en todo el lugar, y solo eso bastó para que toda la gente se levantara de su asiento y comenzara a bailar.

Well, she was just 17,
You know what i mean,
And the way she looked was way beyond compare.
So how could i dance with another
and i saw her standin' there.
Well she looked at me, and i, i could see
that before too long i'd fall in love with her.
She wouldn't dance with another
and i saw her standin' there.

La pesadilla no fue la excepción, también se levantó de su cómodo asiento y comenzó a bailar. Para mi sorpresa esta canción si se la sabía, y empezó a corearla apenas Paul comenzó la letra.

Con un poco de valor, me atreví a mirarla a los ojos, después de todo sería lindo que le llegará esa parte de la canción, en donde dice que desde que la vi parada en ese lugar no podría bailar con ninguna otra nunca más. Se la estaba cantando, dedicándole una canción a una hermosa chica, pero de un segundo a otro mi mundo da vueltas en trescientos sesenta grados de nuevo.

McCartney, con un poco más de astucia que yo, llamó su atención. Sí, la bella dama lo estaba mirando a él, y a Macca no se le ocurre nada mejor que cantarle justo la estrofa de la canción en la que quería que ella me mirara para poder dedicársela. Esto me pasa por ser un maldito partidario de cursilerías.

Para mi peor suerte, ella le sonrió. Sí, le dedico una hermosa sonrisa, la más bella que haya visto en mi corta vida. Paul le respondió con un guiño de ojo. Ese estúpido McCartney, apenas saliéramos de ahí, bajáramos del escenario lo golpearía. Siempre gustaba más a las chicas, no entiendo porque, aunque sí, debo aceptar que es guapo, las chicas se fijan en eso.

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-No sé si lo notaste pero, el hombre más codiciado del mundo te acaba de guiñar el ojo- Dijo Rachel con la voz helada.

-Sabe lo que hace, mi querida, enserio, Paul McCartney sabe lo que hace- Seguí con el contacto visual con McCartney hasta que terminó la canción. Era un chico muy guapo, y yo solo bailaba su canción entusiasmada, meneaba mi cabeza y mis caderas de lado a lado, mientras él me miraba. Debo admitir que, me sentí afortunada.

Los Beatles bajaron del escenario, y nosotras volvimos a la mesa en donde estaban los demás. No estábamos solas, al lado nuestro estaba Tony, y tres amigos más. Todos reían en la mesa, y al pasar de los minutos, pasaron horas. El alcohol empezaba a tomar control del cuerpo de mis amigos, y la verdad es que nadie se preocupaba de nada, solo reíamos y bailábamos de vez en cuando.

Tomé mi bolso y fui al baño. Llevaba todo el día en ayuno, mi estómago sufría bastante como siempre a esa hora. Me apoyé en el lavabo y respiré profundo, “estoy más hinchada que hace un rato, dios”, palpé mi abdomen y los huesos de mis muñecas, todo estaba bajo control. Bebí más de diez sorbos de agua y volví a respirar. Saqué una píldora de mi bolso, de estas pastillas inútiles que supuestamente ayudan a bajar de peso y la bebí. Camine hacia afuera del baño y encontré la puerta de salida, decidí tomar un poco de aire, me empecé a marear.

Miré al cielo, y me pregunté, ¿por qué me hago este daño?, no encontré respuesta alguna en mi dañada cabeza, el dolor era profundo en mí, era demasiado aterrador para buscar alguna respuesta. Un frio viento corría por la calle, y empecé a helar. Entonces sentí como mis hombros empezaron a desvanecerse primero, mis piernas empezaron a pesar, y en ese proceso me  desplomé inevitablemente.

Abrí mis ojos y sentí que estaba refugiada, alguien estaba sosteniendo mi cabeza y mis hombros, la borrosa imagen de un hombre me estremeció, debió haberme visto muy asustada porque pegó un salto tremendo.

-Tranquila, estas mejor. No voy a hacerte daño- Dijo una voz suave pero al mismo tiempo exaltada, voz que no reconocí.

Cielos, había perdido mis anteojos. Eran lentes de contacto, ya no estaban en mis ojos. Comencé a tantear el piso buscándolos desesperadamente.

-¿Qué pasa? ¿Se te perdió algo?- dijo la voz masculina.

-Sí, mis lentes de contacto, estoy más ciega que sobria, lo siento- El hombre comenzó a hacer lo mismo que yo, pero sin resultado volvió a sujetar mi cabeza.

-Perdón, que vergüenza, no sé porque no me he parado aún- Me incliné un poco y me senté en el piso. Me di cuenta de que estaba en el mismo lugar, era una calle fría, había una puerta en frente con luces de neón verdes y rojas.

-No te preocupes, por cierto, ¿Cómo te llamas?-

-Alice, mi nombre es Alice- 

-Bonito nombre- El chico me dedicó una sonrisa una vez que lo vi a la cara.

 John Lennon estaba sentado frente a mí, en una calle sucia afuera de un bar. Sus ojos penetraron en los míos cuando lo logré mirar de frente. Su afilada nariz brillaba a la luz de las calles y lamió sus labios suavemente al fijarse en mi boca. Esquivé su mirada, baje la cabeza un poco.

-Alice, ¿puedo llevarte a algún lugar más seguro?- Sin mirarlo, intenté pararme, lo que fue muy dificultoso porque aún tenía las piernas débiles. Me sujetó del brazo e inconscientemente me dejé caer en su pecho.

-Oh, no, no te preocupes, estoy bien- Me alejé de él y empecé a caminar hacia adentro del bar. John me siguió.

-Espera, no quiero ser aburridor ni nada, pero enserio veo que no estás bien, ¿vienes con alguien?, es decir, ¿puedo llevarte a algún lado?- En un momento pensé en aprovecharme de la situación, es decir, el chico era muy guapo y yo estaba débil. Pero decidí tomar fuerzas y recobrar la actitud.

-Gracias, pero no necesito a ningún hombre para llegar sana y salva a casa- John sonrió, actitud que no esperaba, enserio pensé que se iría en ese momento.

-No estoy intentando ligar contigo si es lo que crees, solo quería ser cortés alguna vez- No estaba intentando ligar conmigo, eso me calló como golpe en la cara. Me había gustado mucho, no sé por qué, pero sentí un profundo dolor en el estómago que no era hambre, era otra cosa.

-Odio a la gente como tú, siempre piensan que con solo verlos una debería caer rendida a sus pies, idiotas- Lennon se dio vuelta a mirarme nuevamente y se acercó peligrosamente.

-Odio a las niñitas como tú que piensan que tienen el mundo a sus pies y hablan como si nada fuera a pasarles, típica chica ruda malcriada- Miró mis ojos de nuevo, empecé a ponerme nerviosa, y él desgraciadamente lo notó. Se acercó un poco más hacia mí, pude sentir su respiración.-¿Quién te salvaría ahora pequeña?- Preguntó con su irresistible expresión.

Me alejé de él de golpe, cambió su coqueta expresión a una seria, un dejo de desilusión.

-No necesito que nadie me ayude, es más, se controlar muy bien a los cretinos como tú- Tomé mi bolso hábilmente y salí de ahí. John quedó parado mirando como yo caminaba. Me sentí gloriosa, fui capaz de rechazar a un beatle y viví para contarlo.

-0-

Ese estúpido Macca, estoy seguro que todo esto es culpa de él. Me quedé como un completo idiota mirando como Alice entraba por la puerta. Entré al bar y me sentí frustrado. “Mierda” choqué con un hombre alto y negro, ni siquiera me tomé la molestia de pedirle disculpas, creo que mi ira y frustración en ese momento era más grande. Me volví a sentar en una de las mesas cerca del escenario y prendí un cigarrillo, creo que el fumar era más interesante ahora que ver a toda la gente bailando y divirtiéndose.

 

-¿Qué pasa John?. – George se sentó a mi lado mientras prendía un cigarrillo para acompañarme. Lo miré, no tenía ganas de contarle nada a nadie, ni siquiera a uno de mis mejores amigos.

-Nada pequeño, trae otra botella, que sea vodka esta vez- George llamó a la mesera y pidió lo que pedí. Cuando levanté la mirada me percaté que Ringo se encontraba rodeado de gente, esas personas inesperadamente resultaron ser la pesadilla, la rubia tonta, y su grupo de amiguitos.

-Genial- George bebió un sorbo de trago- ¿vamos con Ringo?-.

Lo dudé un segundo pero finalmente acepté. Sin embargo me sentí denigrado por esa chica, cosa que no suele pasarme. No quiero parecer egocéntrico, pero hay miles que darían su vida por el hecho de solamente conocerme. Entonces, una vez terminado este pensamiento, me levanto de mi asiento con la frente en alto. Después de todo, la amiga rubia parecía morir por que le devolviera la mirada.

-Hey Ringo, ¿por qué no presentas a tu amiga?- Dije intimidando levemente a la rubia. Levantó la mirada ruborizada, se veía notoriamente nerviosa.

-Johnny, esta es Chelle- Me acerqué y besé su mejilla. Me senté al lado de ella y di una calada a mi cigarrilo.

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-...Si, ajá…muy graciosa. – Sonreí, ni siquiera sabía que hablaba la chica pelirroja que estaba intentando conversar conmigo, pero como soy un caballero, la escucho. – Ahm, sí, voy a buscar un trago, uhm, nos vemos. – La chica quedó hablando sola. Me levanté de mi asiento y quise ir yo mismo por el trago. Caminé por un pasillo largo entremedio de muchas personas, las chicas que se encontraban me miraban emocionadas, como intentando hablar conmigo.

“Paul!, ¡es Paul McCartney!”. En circunstancias como estas es cuando la fama me agobia, ¿Tan difícil era poder disfrutar una noche tranquila? Sin todas esas miradas emocionadas que siempre me dedicaban. Pero no, yo era un Beatle, tendría que aprender a lidiar con la fama, tarde o temprano.

-Disculpa. – Una y otra vez repetía esa frase para poder hacer camino hasta llegar donde estaban mis amigos.

Di un codazo tras otro para poder abrir paso, quizás a cuanta gente le habré pegado, sólo sentía los reclamos tras de mí, pero en cuanto se percataban que era yo, empezaban a reír y decirme “No te preocupes”.

-¡Hey! – Sentí justo detrás mío, ¿eso era para mí? – Sí, a ti estoy hablando. – Creo que sí.

Me di vuelta para mirar a quien me había hablado. – Derramaste mi vodka en mi blusa. –

Miré a la chica que estaba reclamándome, y pude darme cuenta que tenía sus ojos castaños  clavados en los míos, mirándome con evidente enojo. No pude evitar sonreír, era muy bonita, no podía negarlo, y esa mirada de hielo me estaba perturbando aunque fuera una chica mucho más bajita que yo.

-Lo siento. – Dije mientras seguía en mi tarea de observarla.

Su cabello castaño caía suavemente sobre su hombro izquierdo, mientras que el lado derecho de su cabeza estaba totalmente rapado, creo que eso fue lo que más llamó mi atención. 

Nunca había visto a una chica con ese estilo. Era bastante radical para esos años la verdad. El hecho de que unos chicos usaran el cabello un poco más largo que el cuello de su camisa ya era cuestionado. Ella era vanguardista, sin escrúpulos de lo que la gente pudiese decir o pensar.    

-Já, claro solo porque eres famoso. No puedes andar golpeando a la gente como si nada, idiota- Me quedé viendo mientras se daba media vuelta y me dejaba ahí, con cara de estúpido.

-¡Espera!, ¡yo pago tu trago si quieres!- Pero era demasiado tarde, la muchacha ya se había alejado lo suficiente para no escucharme. Me hubiese encantado que aceptara mi invitación.

Hola! entré hoy y había lectora nuevaaaa! y de la emoción decidí subir :B así que este cap es para liz_lennon :D y para ti Daniela, que al fin sale en un cameo de este pobre fic. Más adelante saldrás de nuevo, estamos trabajando para usted jashajsdh <3 saludos a todos y gracias a los que están leyendo esto :) es lindo saber que alguien lo hace jiji.

PD: George sale tan bello en esta foto <3 lo amo.