Hola lindas! ojala que estén exelente todas y tengan un hermoso dia! :) les traigo un cap nuevo. Espero que mueran de ternura con Paul este dia jajaja <3 sí, se viene un cambio bastante extraño. Esa Sadie es una indecisa 77 jajajaj UN BESO GIGANTE Y SON LAS MEJORES POR LEER MI COSA INTENTO DE NOVELA! <3
7
Eran alrededor de las nueve de
la noche, el sol caía sutilmente en el horizonte, y las
luces de la cuna económica de Europa destellaban en el paisaje
de mi “humilde morada”. París lucía bellísimo desde mi ventana. Soy una chica poco materialista, los lujos nunca han sido un
anhelo para mí y menos una necesidad, sin embargo, fue inevitable darme un “pequeño
gusto”.
Me sumergí
en un baño de especias y sales minerales, mientras velas aromáticas
adornaban y romantizaban la escena. Mi piel en contacto con el agua caliente
era completamente relajante. Debo aceptar que solo estuve unos minutos, luego
decidí salir de allí, definitivamente esa parafernalia
innecesaria no iba conmigo.
Paul estaría
ocupadísimo durante el día, por ende Lennon también,
aunque dudé que estuviese interesado en pasar tiempo conmigo. Los chicos
dejaron todos los servicios en mis manos, podía usar el auto privado el cual era
conducido por el caballeroso chófer Mark, los lujos del hotel, las reservas a
lugares exclusivos, todo correría por cuenta de ellos.
Era abrumadora la amabilidad y
cortesía. Debo decir que por más famosa y rica que fuese no invitaría
a una mujer que acabo de conocer con tanto condecoro. En ese momento me pregunté
si es que yo era la primera a quién invitaban a “pasear”
de esta forma. Por supuesto concluí que no era la primera, y tampoco la última.
Los lujos y diamantes por
supuesto no eran vistos como una simple y amable invitación
para las demás personas del circulo Beatle.
Alice Murray era una pequeña
Americana, la cual trabajaba con ellos en el proceso de inspiración
y creación de nuevo material visual. Esta dulce chica trabajaría
en la creación de la imagen principal de los álbumes futuros, además
tomaría fotografías de ellos durante la gira dentro o
fuera del escenario, por lo tanto debería estar cerca de ellos en todo momento.
Todo el material artístico
y visual oficial que sería promovido por la empresa Beatle, sería
el que esta chica produciría y por supuesto analizado, estudiado y
aprobado por los miembros de la banda.
En fin, ese fue el trato al
que accedí con Brian Epstein. ¿Cómo rayos pensaron que yo podría
lograr hacer todas esas cosas?, me explico.
En la de escuela de artes perdí
el tiempo conociendo gente idiota y consumiendo drogas ilícitas.
Escapé de los suburbios en donde vivía a los dieciocho años
junto a mis mejores amigos en la maldita vida. En la secundaría
siempre fui un bicho raro -con amigos raros- en donde mis calificaciones jamás
fueron las estimadas, ¿¡y ahora esperaban que trabajara en la
imagen de la banda más exitosa de la historia hasta la
fecha!? Cuando ni siquiera podía llevar bien mis propios asuntos…
tenía un problema, y uno muy grande, y a mis tempranos veinte años
no sabía qué hacer.
Por supuesto Paul como siempre
insistió en que yo no tendría que hacer nada, que de esos asuntos
siempre se encargaba junto con George, y que yo solo tendría
que aportar alguna idea, o es más, si gustaba simplemente podría
mirar y asentir en silencio.
Luego de secar mi cabello del aromatizante baño que accedí, me vestí y comencé a leer como siempre. En mis manos poseía
veinte poemas y una canción desesperada, poesía
romántica directa a la vena a manos de mi Poetizo predilecto Pablo
Neruda, un héroe literario chileno recordado por todos los tiempos.
Publicó el libro a
sus tempranos diecinueve años, ¿irónico no?, algunos rockeaban en el
escenario, otros hacían poesía, y otros vagaban en bares
neoyorquinos, estupendo.
En ese momento suena el timbre
de mi habitación. Me estremecí un poco, los chicos no se encontraban
en el hotel así que era imposible que fuese alguno de ellos. ¡Oh
claro!, ahora trabajo para ellos, como no se me ocurrió.
-Señorita Murray,
soy el señor Epstein, tengo un comunicado- Habían dos
personas paradas afuera de mi habitación. El señor Epstein -quien ahora era mi jefe- y
una joven delgada, no de mucha estatura con un peinado inspirado en la bellísima
Marilyn Monroe. Una melena rubia ondulada con aire francés. Saludé
a ambos con una sonrisa.
-Claro, adelante- Di un mirada
rápida
a mi habitación la cual era un desastre, el orden no era una virtud mía-
Perdón por el desorden, acabo de tomar un baño y…-
-No se preocupe señorita
Murray-
-¡Oh!,
simplemente Alice, por favor-
-De acuerdo, señorita
Murray- Sonreí despectiva. Que hombre tan parco.
-Está bien, ¿a
qué se debe la visita?- Dije soltando mi cabello de la toalla húmeda
que este era sujetado, salpicaron unas cuantas gotas al suelo y a la chaqueta
de la muchacha. Sí, tampoco era muy “lady”, no era mí virtud.
-Bueno, le presento a Amelie
Beaumont. Ella es una prestigiosa periodista, la cual trabaja para Le Monde, una corporación
francesa, son la imprenta más famosa de aquí. La señorita
Beaumont fue contratada para hacer un artículo sobre The Beatles en el país,
así que deberán trabajar juntas. Usted le aportará
todo el material visual que obtenga de la estadía aquí, ¿qué le parece?-Dios, no podía
decir que mal, me enviarían directo a Nueva York.
-Por supuesto, un gusto
Amelie- La chica me miró sonriente, un poco confundida, supuse
que no había entendido- ¡Bonjour! –Dije aún más sonriente, con mi pésimo
acento francés, supongo que ese fue el motivo de su risa.
-Hola, el gusto es mío
Señorita Murray- Respondió amablemente.
-Bien, supongo que es todo por
ahora, las dejaré para que se conozcan. Cualquier asunto se dirigen a mí
señoritas- Epstein salió de la habitación dejando todo
en silencio.
-Señorita Murray,
que bella vista tiene- Dijo con un lindo acento francés, acercándose
sutilmente al majestuoso ventanal.
-Oh no por favor, nada de
formalidades, mi nombre es Alice-
-Alice, me parece. Entonces llámame
Amelie simplemente- Respondió sonriente.
-¿Ya conoces a
los chicos? Debo aceptar que son aún más guapos en persona-
-No, la verdad es que no. Pero
tuve una instancia con Paul, es el chico más desagradable del universo. Estaba
trabajando en América y volteó mi bebida en mi blusa, después
se desentendió, es un mal educado-
-¿Paul McCartney?,
debes conocerlo, es exageradamente amable... y guapo. De hecho estoy aquí
por él, nos hicimos amigos hace unas semanas- Asintió
sonriente, luego agregué- ¿Estuviste en América, en qué
parte?
-Estuve en Nueva York un par
de días. Y una noche salí a un club cercano con unos colegas,
nada especial. Y The Beatles eran el número de la noche al parecer-
-¿De verdad? –
Repetí, era un poco increíble saber que habíamos estado
juntas en el mismo local y ni siquiera nos habíamos topado o algo. Ella asintió
mientras sonreía suavemente, creo que se dio cuenta también.
-No. – Ok, eso me
había avergonzado. Amelie empezó a reír, mientras yo intentaba asimilar. –
Bromeo, si estuve ahí, y por lo que veo tú
también. –
-Sí. –
Reí también, eso había servido para que entráramos
en confianza rápidamente. Ella no lucía como el típico
estereotipo de presentadora empaquetada y cuadrada. Era muy joven, quizás
un par de años más arriba que yo, seguramente todo esto
no lo quitaba el profesionalismo, el jefe mencionó que era muy prestigiosa.
-Bueno compañera,
¿qué
hacemos ahora, o debes esperar a alguien?-
-No, la verdad no. Paul está
trabajando así que estoy libre. ¿Aquí no salen de noche, no conoces ningún
sitio?- La verdadera Alice salía a flote.
-¡No faltaba más!,
nos entenderemos bien al parecer- Dijo divertida -¿Conoces el
lado bohemio de París?-
-Para nada, llegué
ayer en la noche-
-Entonces yo te guiaré-.
Dicho esto, me dirigí a mi armario. Demás
está decir que era gigante, de color crema con toques rosa,
demasiado femenino para mí y mis retorcidos gustos. Escogí
un vestido brillante, de color azul rey ajustado a la cintura con linda caída,
unos tacones dignos de admiración, no muchas se atrevían
a caminar en zancos. En eso la pequeña francesa interrumpe el silencio. -¿Sabes?,
tengo un solo problema… no puedo ir vestida así,
¿no
tienes nada que me prestes?- Revisé su atuendo rápidamente.
Vestía con un saco no muy femenino, de color beige, acompañado
de una falda bastante formal.
-¡Claro!, toma
lo que quieras-. La joven hurgueteó en mi armario, escogiendo unos
pantalones de color negro con una blusa blanca de tela transparente. En eso
algo bastante extraño ocurrió, cuando volteé la chica
francesa ya no llevaba el cabello rubio y corto, en su lugar llevaba el cabello
largo de un color castaño, y un detalle impresionante, el lado
derecho de su cabeza estaba completamente rapado.
-Lo siento, en esta industria
con el tiempo entiendes que si quieres triunfar, necesitas ciertos parámetros.
Y para llegar a la cima muchas veces tienes que ocultar tu verdadera
apariencia, así son los negocios chica- Dijo acomodando su cabello y desordenándolo
un poco.
-Increíble- Respondí
aun un poco extrañada.
Llamé para reservar
un lugar en un club cerca de La Rue Lappe, una exclusividad, auspiciada por
Paul esta noche –como quería a ese chico-. Mark nos recogió
y nos llevó hasta el lugar del antro. Lucía bastante elegante desde afuera.
Cuando entramos había
una mujer en el escenario cantando en francés, una música bastante amena para el lugar. La
gente bailaba calmadamente al compás, todas las mujeres del lugar parecían
haber estado un buen tiempo dedicándole a su apariencia, pues todas lucían
perfectamente arregladas. Los hombres del lugar vestían muy bien
también, algunos muy guapos por lo que alcancé a ver a
primera vista.
-Es un poco…
demasiado tranquilo para mí- Dije acercándome a una
especie de bar.
-Si quieres podemos cambiar de
lugar luego- Respondió la joven –La noche aún es muy joven en Paris-. Pedimos unos
tragos de vodka, bastante finos, por alguna extraña razón todo lucía así en ese lugar.
-Wow, ¿ese no es tu
jefe?- Amelie me indicó una mesa que se encontraba en el sector
vip del lugar asumí. Empecé a buscar entre la gente, y me encontré
con un Lennon bastante ebrio. Besaba a una chica rubia bastante guapa, se veía
contentísimo en su propio habitad. La mujer llevaba una apariencia
completamente idéntica-pero barata y del mal gusto- a la modelo y actriz
Brigitte Bardot. Era realmente lamentable, ¿Acaso no podía tener su
propia identidad?
De todas formas, era el tipo
de mujer que llamaba la atención y las hormonas de John.
-John Lennon es un imbécil,
ya es segunda vez que lo veo jugar con una chica de esa forma…-
Dije recordando la escena con Rachel.
-Bueno, es John Lennon, no
creo que muchas chicas se le resistan-
-Sí, bueno…
sí.-
La escena en mi departamento vino a mí como un relámpago. Me dio una
sensación de repulsión.
En ese momento traté
de apartar la vista lo más que pude, no quería
toparme de nuevo con esa escena tan desagradable. ¿Estarían
los demás allí?
Y justo cuando dejé
de esconderme alguien golpea mi hombro sutilmente. “por favor no…
que no sean ellos”.
-¡Sadie!, con
que escondiéndose de tu jefe favorito, ¿no es así?- Dijo John de la mano de esa chica de
autoestima preocupante. Claro que digamos que no soy nadie para hablar de
autoestima.
-Hola Lennon- Respondí
cortante. Mi amiga francesa se mostraba notablemente emocionada.
-¿Y a tu amiga
no la presentas?- Dirigió su penetrante mirada a Amelie.
-Lennon, esta es Amelie.
Trabajaremos juntas en un reportaje que harán sobre ustedes en París-
-Ah sí, ya había
escuchado de una mierda así. Como sea, si te interesa, Paul está
allí con los demás ineptos. Diles que no llegaré
esta noche.- Dijo con expresión seria. Este hombre lograba poner mis
pelos de punta, me hacía enojar de una manera impresionante.
Amelie le lanzó una mirada indefinible, pero lucía molesta, muy
molesta.
-Como sea entonces, que tengas
una excelente noche- Respondí con una sonrisa sarcástica.
Lennon se limitó a guiñarme un ojo y salir de la escena. “Imbécil,
imbécil, imbécil.”
-Que chico más
agradable, al parecer todos los Beatles son iguales, ¿no?- Dijo la
joven divertida una vez que el monstruo se retiró.
-¿Quiénes
son iguales?- Levanté la vista hacia atrás,
y tal como lo imaginé, ya nos habían visto.
George Harrison y Paul McCartney llegaron a hacernos compañía.
La cara de Amelie creo que se deformó en ese mismo momento, ¡y
bueno no la culpo en absoluto! Sus mejillas se tornaron rojas, y sus ojos se
abrieron como platos.
-¿Cómo
están?- Me levanté de mi asiento y los salude a
ambos.-Esta es Amelie, trabajará conmigo, tenemos que hacer un reportaje
de The Beatles y su estadía en Francia…-
-0-
-Señorita
Beaumont, ¿verdad?- Respondí extendiendo mi mano. Esta chica, su
cabello peculiar… algo parecía muy familiar en ella. ¡Nueva
York, claro!
La joven asintió
con la cabeza con una expresión seria. Atendiendo a mí
saludo unos segundos más tarde.
-Señorita
Beaumont- George hizo un bufido- Paul no estás trabajando ahora, puedo llamarla
Amelie, ¿verdad?-
-bien sûr Monsieur-
Harrison le dirigió una mirada indescriptible. No es que
fuese bastante obvio, pero yo conozco a mi mejor amigo. Al chico le interesó
la joven.
-Merci, enchantée-
Vi como la mirada de la chica cambiaba de un poco tímida, a una
totalmente encantada ante las palabras de George. Nunca en la vida escuché
hablar a Harrison en francés, pero algo hizo extremadamente
encantador para que la joven lo mirara de esa manera.
-¡Muy bien!-
exclamó Alice sonriente, me dirigió una mirada cómplice.-Paul…
me acompañas afuera un segundo, necesito… un poco de aire- Guiñó
su ojo indicándome que saliéramos de allí.
-¿Qué
ocurre?- Pregunté extrañado
-McCartney, me extraña
tu inocencia algunas veces. Deja que George conozca a Amelie tranquilo hombre-
Sonreí y asentí. Caminamos por el club hacia algún
lugar más aireado. Un pasillo largo y oscuro se nos cruzó
por enfrente. Me detuve un momento a observar lo que había, solamente
por inocente curiosidad.
-¿Quieres entrar
ahí Paulie, que pretendes de mí?- La joven me miró
divertida.
-Nada, solo observaba…
me causa cierta curiosidad que hay al final-
-No lo sé,
pero supongo que eres tan miedoso como una pequeña, que no te da el valor de entrar allí
¿verdad?-
Me miró con cierto desafío.
-Alice pequeña,
yo no temo a absolutamente nada, es más, si quieres puedo entrar ahora mismo a
ese lugar…- Seguí un poco su juego.
-¿Ah sí?,
te digo la verdad Paul… no te creo capaz, tu cara de bebe me
dice absolutamente todo lo contrario- Esta chica me estaba desafiando ¿no?
-Claro que entraré,
pero con una condición, tú también debes hacer algo por mí-
-Querido, Alice Murray no
tiene tabúes ni miedos a nada ni nadie- Levantó una ceja en
forma desafiante.
-Bueno…-Pensé
y analicé la situación por un segundo- Si yo entro a ese
lugar, y llego hasta al final, tu deberás besarme, si yo no llego hasta el
final, quedarás libre de pecado…- La muchacha se sorprendió
un poco, miró hacia el suelo con una expresión burlona y concluyó.
-Ay Paulie, Paulie…
está bien, si tu llegas al final, vuelves, y si no hay peligro me
llevas allí, yo te besaré… si no llegas al final, y algo te
ocurre, entonces nada pasará-
Me sorprendió
un poco, era mi propio juego y accedió a jugar. Me estremecí
por un momento, Alice era una chica muy guapa, y besarla es algo que siempre
había imaginado desde que la conocí, sin embargo algo en ella me hacía
no querer desperdiciarla y besarla así sin más, ella tenía significado.
Puse mi mejor cara, levanté
bien mis hombros, eché una mirada divertida hacia atrás
en donde me esperaba la chica, y comencé a caminar. Olía bastante mal
en ese lugar, y no podía ver absolutamente nada. “Eres
el idiota más grande del mundo, ¿por qué no solo besarla y ya?”
Mis pies chocaron con algo
consistente, no pude evitar pegar un salto. Me agaché un poco para
ver de qué se trataba. Mis manos tocaron el piso y me percaté
de que esta era una escalera. “estupendo”, subí con dificultad las escaleras, y al
final de estas había un portón que daba afuera. Intenté
abrirlo, y para mi buena suerte si era
posible. Bajé nuevamente y llegué a donde me esperaba la joven.
-¿y qué
tal, que hay al final? No me digas que perdí Paul…-
-Eso parece- Dije sonriente,
con aire triunfante. Tomé de su mano y empezamos a caminar por el
oscuro pasadizo. En uno de los escalones Alice se torció un pie
gracias a sus inmensos tacones, todas formas lucía atractiva en ellos.
-Espera, me duele mucho…-
Dijo la chica quejándose. Entonces en un acto ágil
la tomé entre mis brazos, a lo cual ella trató de defenderse
sin lograrlo, solamente siguió mi juego entre risotadas y gritos.
Cualquiera que escuchase desde lejos pensaría otra cosa.
-Ya llegamos- La baje
suavemente, y abrí el portón. Un lindo balcón en medio de
la ciudad del amor.
Cuando llegamos al lugar,
quedamos prácticamente sin habla. La vista panorámica de Paris
era pontificia desde ese lugar, el cielo guardaba tantas cosas en ese momento.
Las pocas estrellas divisibles constelaban y hacían una atmósfera profunda, embellecían
en todo sentido mi mirar y el de ella.
No era necesario decir nada en
ese momento. Su suave mano encontrada con la mía, en una función bastante
instintiva, expresaba más que cualquier poesía
o cantico barato que pudiese dedicarle en esa escena. Los matices que transmitía
mi mirada eran bastante profundos, iban mucho más allá de lo ordinario, de lo banal. Sostuve
su mano el tiempo suficiente para que ella se diera cuenta de que lo que
ocurriría en un futuro instante, no era un simple juego…entonces,
cuando entendí que fue suficiente, me volví hacia ella.
Su pupila destello sutilmente
al momento que la observé. Cada detalle en su bella, pero
peligrosa expresión me gustaba. Sus labios dibujando una sonrisa no formada,
expresada únicamente por su mirada hiso que me estremeciera. En esa misma
posición acerqué mí frente a la suya, para poder verla más
de cerca, y poder recordar el momento ilógico pero fascinante que se lograba
concretar, de una forma más duradera. Junté mis labios
con los de ella delicadamente, pero a la vez rígida. Quería sentir cada fragmento de sus labios.
Sus frágiles brazos se enredaron en mi cuello armoniosamente, sin
dejar de responder a mi acto. Entonces enrede mis brazos en su cintura acercándola
unos milímetros más hacia mí. Sus pies en punta se sentían
tan dulces, tan inocentes… Su respiración aumentaba al
ritmo de lo que provocaban mis labios, y entonces lo comparé
con las caricias que hacía al entrelazar sus finos dedos en mi
cabello. Mi respiración agitada hacía armonía
con la de ella, podía sentir el tibio sabor de sus labios.
Desperté de esa
especie de “trance”, me encontré con Alice aún
entre mis brazos. Sonreí expresando todo en mi mirada,
concentrada completamente en ella. Era fascinante mente hermosa. Me inundo una especie de pudor,
desgraciadamente, y me limité a volver a su mano simplemente.
Nos miramos por unos segundos,
quizás minutos. La joven sonrió y besó mi mejilla, luego caminó
un par de pasos y entendí que era tiempo de salir de allí.
Estiró su mano hacia la mía y nos encontramos. Volvimos al mundo
real.
Eso es todo por hoy pequeñas! besos y abrazos para todas :3 Les prometo un John bastante más sarcastico y oscuro!, se vienen hartas cosas aún así que no dejen de leer :3 Sadie sufrirá mucho chicas :c jajaja yaya me callo.
Y también les prometo el Paul McCartney más enamoradizo que hayan leído.
Daniela Amelie Beaumont Mella Alvarado he aquí tu triunfante entrada <3 salí yo? :3 jajajjja ridicula te adoro <3
Salma Belle! querida gracias por leer y comentar como siempre :3 sí, de echo yo también prefiero a ese John más rudito, es mas sexy(? , por eso mismo se vienen hartas cosas de ese rebelde hermoso. Y Paulie seguirá tan bello como es, naturalmente. Un Beso también para tí!
Liz Lennon! gracias por leer querida! :3 que bueno que te haya gustado el cap anterior. Me reí mucho con tu comentario :') jajajaj Alice calienta la sopa y luego no se la come, ok eso fue mas vulgar xd un beso! :3 y ojala te haya gustado el cap también.
Lucy Lennon! gracias por tus lindos comentarios querida! :3 espero que te haya gustado el capitulo, igual que a Salmabelle le prometí un John así, te lo prometo a ti <3 jajaja un beso y saluditos!:3 y gracias por decir que escribo genial woooow!
Espero subir pronto, ahora tengo un celu bonito y puedo escribir en donde me venga la inspiración! así que soy muy muy feliz :$ jajajaj en fin, me emociono con las postdatas.
GRACIAS A TODAS <3
WUAAAAAJAJAJAJJAJAJAJ Me enamoré de mi misma :c soy tan sensual, y George me amaaaaaaaa <3 jajajaja, *o* Yo igual le adoro mon amour, SÍGUELA :c 8===D
ResponderEliminarPaul naturalmente hermoso, y tierno, y romántico, y sexy, Y PERFECTO.
ResponderEliminar¡¿POR QUÉ, CATA?! ¡¿POR QUÉ ME HACES SUFRIR ASÍ?! Sabes qué, lo amo muchísimo y leer su ternura es tan... Ufff.
Sí, así John es como ... HMMMMMMMMM, jajajajajaja, ya me entiendes (???) Y no agradezcas el comentario, de verdad es un gusto.
¡Cata-belle, me gusta como escribes! <3 así que, sube pronto AH AH (?)
Cuídate muchote.
<3 besos y abrazos <3
Si si si!!! Mi Johnny sarcástico y sátiro VOLVIÓ !!! :D amoo a es John... es muy natural!! :3 ademas yo creo que todos tenemos un Johnny interior:3
ResponderEliminarAinss... paul...adjkjdcsd sin palabras:") precioso
No agradezcas los comentarios que alaban tu increible manera de escribir:3 eres una gran escritora
Bueno queridaa un saludo
Besos y abrazos <3 <3.
Lucy
p.s please publica pronto sin tu fic no vivo!! D:
Asdgf lo volvi amar, esas actitudes de ambos siendo tan diferentes los hacen irresistibles: paul tan tierno y john tan rudo y sarcastico, alice terminara volviendose loca jaja.
ResponderEliminarJajaja naa no importa lo vulgar es que es la verdad :P y pues quien no qusiera comerse esa sopa *-* xD
saludos y abrazos n.n publica pronto n.n